lunes, 29 de septiembre de 2008

mi top 10 (películas)

El criterio utilizado es simplemente mi disfrute, no son las 10 mejores películas del mundo, ni las 10 mejores dirigidas/actuadas/escritas, son simplemente las 10 películas que más disfruto ver, de esas que puedes ver en cualquier momento y cualquier cantidad de veces, de esas que te alegran el día, de esas que cuando encuentras que las están pasando en la televisión no tienes más remedio sino verlas hasta que se acaben (sin importar que tantas cosas tengas que hacer), son esas 10 películas que me han influenciado, de las que te sabes los comentarios ingeniosos y las citas memorables, de las cuales tienes una conexión con los personajes, en fin, son mis 10 películas favoritas, agrego brevemente lo mejor de cada una, sea un personaje, una escena, un diálogo, una cita.
En fin, un top 10 plano, sin ningún tipo de orden ni jerarquía:

Pulp Fiction (Tarantino) ¿Trillado?SI, ¿de culto?SI, ¿sobrerateada?tal vez... ¿increiblemente buena? claramente.

Una de las películas que más he visto en mi vida, creo que tiene una enorme cantidad de comentarios ingeniosos, repetibles y citables, las tomas son excelentes, además, tiene toda esa atmósfera de ganster de mala muerte que es bastante entretenida, los personajes son demasiado buenos y, aunque tiene fama de ser particularmente violenta, en realidad, no matan a tantas personas en la película, si agregamos a esto un soundtrack brutal (cada vez que suena la canción de black eyed peas creo que es el intro de la película) tenemos una perfecta combinación.
La escena: Jack Rabbits Slim
El comentario: dude, you just shot Marv in the face!

Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Michel Gondry) Sin duda la
película que más he visto en mi vida, y la podría seguir viendo, podríamos decir que es una especie de historia de amor mística/bizarra (que en verdad significa valiente, pero bueh...)/no convencional. En verdad me hizo tenerle respeto a Jim Carrey como actor, el guión es excepcionalmente bueno y la historia no puede ser mejor,
La escena: En el lago, y/o Mark Ruffalo y Kirsten Dunst en el sofacama
P.d. creo que mucha gente que conosco quisiera aplicarse el tratamiento de lacuna


Les400 coups (los 400 golpes) (Truffaut)
¿quién dijo que ser niño era fácil?. aquí demuestran que muchas veces no le es, es la historia de las desaventuras de un carajito con problemas familiares en Francia, y considerada la mejor película de Francois Truffaut.
creo que tiene la mejor escena final que he visto, de hecho, aunque la película entera fuese una mierda (lo que es totalmente falso) valo la pena solamente por la escena final.




Dr. Strangelove: or how I learned to stop worrying and love the bomb
(Kubrick)
La definición de humor negro, creo que le da más risa a la gente que vivió durante la guerra fría, pero igual, es la burl más elocuente y cómica que hay de ese momento de la historia, crítica e irónica, se burla y es políticamente incorrecta, ¿qué más podemos pedir?, ¿burlarse del posible fin del mundo, del holocausto nuclear, de la tercera guerra mundial? además, tiene a Peter Sellers interpretando 3 papeles.
La escena: el final (considerado uno de los mejores del cine)
la frase: you cant fight in here, this is the war room!

Manhattan (Woody Allen)
Sarcasmo y vida de intelectuales-bohemios que viven en Nueva York, van al teatro, al cine, critican a todo el mundo y toman vino, muchos envidian este estilo de vida...
La frase: ...deberías andar con más gente estúpida, tal vez así alguna vez aprendieras algo...





El Discreto Encanto de la Burguesía (Buñuel)
¿cine surrealista?, si, ¿absurdo? también. Pero, ingeniosísimo, comentarios patanes a granel.
El comentario: (de parte de un general francés al embajador de la inventada república de Miranda, burla de las repúblicas bananeras)
"no sabía que en sus países semi-salvajes existieran semejantes costumbres caballerescas"
Cabe decir que llamar a alguien semi-salvaje se ha vuelto una costumbre.

Garden State (Braff)
me han llamado marica sentimental y emo (ninguna de las dos es cierto) porque me guste esta película, y francamente, me sabe a mierda, me parece excelente, tiene una soundtrack grotescamente bueno, y en cierta manera, cuando voy a mi casa a veces me siento como el protagonista (sin tener la suerte de encontrarme una Natalie Portman)
La escena: los dos en el techo, cuando suena "such great heights"


Bande á Part (Goddard)
personajes asombrosos que tienen gestos particulares, en verdad, los gestos particulares de lso personajes son lo mejor, con diálogo ingenioso, dan ganas de aprender a hablar francés sólo para entenderlos mejor.
La escena: en la cafetería, cuando bailan (dato curioso, Tarantino se basó en esta escena para hacer la de Jack Rabbits Slim de Pulp Fiction)
La otra escena: cuando dicen "on september __ 1837 Jesse James was shot down...... y hacen toda una mímica de un duelo del oeste"
La otra otra escena: el "primer" beso de Odile.


y, me acabo de dar cuenta que no puedo llenar los últimos dos espacios, en mis ratos de ocio neurótico de mentalmente hacer listas siempre las subdivido en categorías, por ende no puedo hacer un top 10 general, por eso pongo todas los runner ups, y demás películas que están en top 5 de alguna categoría:

son:
  • Juno
  • Trainspotting
  • Requiem for a Dream (acotación, escena favorita de la historia del cine, cuando lanzan desde la azotea del edifio aviones de papel)
  • Irreversible (termínenla de ver antes de decir que da asco)
  • The Royal Tenembaums/Darjeeling Limited
  • Amores Perros
  • Y tu Mamá también
  • Ciudad de Dios
  • Rear Window
  • Reservoir Dogs

sábado, 27 de septiembre de 2008

tardes de sábados lluviosas

Los sábados por la tarde son mi momentos favorito de la semana, tal vez esto se deba a que están en la mitad de mi día favorito de la semana, ese día dormí hasta tarde, probablemente hice algo entretenido la noche anterior, y probablemente la noche depare algo que valga la pena esperar. Cabe resaltar que los sábados son el único día que por lo general tengo enteramente para mí, no hay compromisos ni reuniones, un día entero para hacer lo que me de la gana, mí única obligación es YO.

Después de este elogio a los sábados, viene mi elogio a las tardes lluviosas, me declaro fanático de las tardes lluviosas, siempre y cuando no sean entre semana ya que el tráfico que las sigue es terrible, teniendo en cuenta que los domingos en la tarde suele haber compromisos y responsabilidades, los únicos días en donde la tarde lluviosa es conveniente y carente de agenda son los sábados, por ende, si sumamos dos más dos, encontramos que las tardes de sábados lluviosas son la mejor combinación meterología-tiempo existente, y son deseables en todos aquellos sábados exceptuando en aquellos en los que se te antoja ir a la playa. Debo decir que me ponen de muy buen humor, su achantamiento melancólico me invita a relajarme, a no estar acelerado y a pensar.

Hoy tuvimos un sábado en la tarde lluvioso, y estás son las cosas que me pasan por la cabeza que son perfectas para hacer un sábado por la tarde (en verdad son buenas para hacer en cualquier día pero el sábado lluvioso les da un toque depinga).

Tardes de sábados lluviosas, para dormir, dormir por horas, para dormir tanto y tan profundamente que te despiertes el domingo en la mañana y no lamentes haberte perdido una tremenda fiesta que tenías, para perderte en un museo, "obligado" a quedarte más tiempo porque llegaste a pie y no trajiste paragüa, para que antes de la lluvia te estuvieras tomando un café con buena compañia y que un encuentro que iba a ser corto se vea prolongado infinitas horas (claramente una excusa para buena conversa), para ver películas (sólo o enpiernao) y después, ver más películas, para sentarte a escribir por horas, escribir de algo que te haga feliz y que la inspiración no pare por horas, que escribas hasta que te duelan los dedos de tanto darle a las teclas o que te duela la mano de tanto agarrar el bolígrafo, para simplemente mirar por la ventana, ver la lluvia caer, para imaginarte los árboles estando más verdes al día siguiente, para pensar en esa persona indeterminada, para tener una excusa para caerte a palos desde las 4 de la tarde y darle corrido hasta la noche, para abrir la ventana y escuchar tu cd favorito en repeat 7 veces seguidas (sin fastidiarte), para cancelar tus planes de ir a correr 10 kilómetros y quedarte en tu casa comiendo torta de chocolate, para tener delirios de grandeza y estar tan optimista que estás seguro que pronto dejarán de ser delirios, para añorar, para permitirte la autoindulgencia que representa una buena dosis de nostalgia, para imaginarte, extrañarte y olvidarte, para ir a correr y saltar en la lluvia como cuando eras niño, para estar en una cola y no estar amargado, para que detalladamente imagines tu futuro, para tener momentos solitarios de introspección en los que te das cuenta que sobrepiensas todo, cosa la cual te lleva a sobrepensar tu sobrepensamiento, para tomar decisiones impulsivas que traen resultados sorprendentemente positivos y anhelados, para darte cuenta de cosas, para encontrar lo que estabas buscando sin darte cuenta, para saltar, para ser feliz.

jueves, 25 de septiembre de 2008

santa señal

Todas las personas que han (intentado) transitar por las calles de Caracas saben que esto es francamente infernal, más que transitar apasiblemente en un vehículo es una especie de danza anárquica llena de competencia (desleal) y de lanzadas de carro, sacadas de madre y afincamientos en la corneta. La angustia que uno vive en el tráfico es tal que ni siquiera las apasibles voces de César Miguel y Mr Gaaaatorade sirven para calmarlo a uno, un posible Tafil musical, materializado en un buen cd de jazz o bosa, o mejor aún un itrip, puede servir para bajar la ira que lentamente se acumula durante el trascurso de la cola, aunque a veces no es suficiente, debería ser obligatorio tener una intravenosa de Diazepam, lista para insertarla en la yugular en casos de ataques excesivos de ira vial, de aquellos que son verdaderamente peligrosos cuando tienes 50 años y antecedentes genéticos proclives a enfermedades cardíacas...

Si hay una cosa en la que hay concenso entre los conductores , es que lo que más odio/ira/rabia genera en la vía, es que alguien, generalmente un sinverguenza infeliz que merece (salvo ciertas justificaciones) algún tipo de tortura, se colee. Sí, ese acto de arrogancia con el que, cual escupitajo, nos restriegan en la cara que se creen (en mi caso voy a ser prepotente y afirmar que erróneamente) mejores que nosotros, que su tiempo es más importante que el nuestro. El hecho de colearse es la mejor representación de la viveza (¿estupidez crónica?) criolla, es la actitud de yo soy más vivo/arrecho/pilas, es afirmar que la cola es pa los guevones...¿yo?¿hacer cola?¡JAMAS!, bueno, esos hijos de puta que se meten en el hombrillo y, salvo en los casos donde la Alcaldía de Baruta puso tubitos que lo impiden, te lanzan el carro para meterse enfrente de tí, y de paso causar más tráfico (como si estuviera escaso), ya habiendo aclarado que el hecho de colearse/que te lanzen el carro con hostilidad, es lo que desata la cólera de los conductores pasemos al punto principal.

Ya habíamos dicho que las calles en horas pico son anárquicas, ahí no hay fiscal de tránsito que sea respetado (ni siquiera los que tienen pistola y facultad de multarte), en este paraje semi-salvaje (capaz el semi está de más) esa idea genial de seguramente algún hombre otrora brillante es completamente obsoleta, me refiero, claramente, a la luz de cruce. Un invento diseñado para que uno indique, de manera civilizada, que está realizando una maniobra de cambio de canal, que procederá a inclinar su volante hacia la derecha o hacia la izquierda, y que por ende, la persona que viene detrás debe, también ser civilizada y dar paso. Obviamente esto no ocurre en Venezuela desde el 68, cuando los hombres todavía usaban sombrero... La luz de cruce se ha convertido en un simple adorno, hasta el punto de que las personas con gustas automovilísticos alternativos (eufemismo...) han logrado, que una simple lucecita amarilla que titila, sea rimbombante, incandile y hasta ladilla (las que tienen complejo de bombillo de discplay) como todos sabemos, en Caracas, es imposible que te den paso, excepto cuando....

a) que saques una pistola y apuntes a la persona en la cara (esperando que no saque él una pistola y te dispare primero) b) eres alguna especie de alto burócrata del gobierno y tienes 4 motos de escolta que obligan a los otros carros a darte paso y c) (y esto es verdaderamente sorprendente) ¡QUE SAQUES LA MANO POR LA VENTANA Y HAGAS SEÑAS DE QUE AGUANTEN... es increible, parece que todos (me incluyo) fuésemos una especie de perros pavlovianos que estamos condicionados para frenar, ser civilizados y dar paso cuando una persona tiene la brillante idea de sacar la mano por la ventana y pedirlo. Hasta las insolencias viales más descaradas son toleradas (y hasta consideradas socialmente aceptables) cuando alguien saca la mano, entonces, me pregunto, ¿qué especie de poder mágico ejerce sobre nosotros el gesto de sacar la mano?¿es qué los caballos no tenían luces de cruce y es una costumbre que está ya grabada intrínsecamente en nuestros genes debido al uso que le daban nuestros antepasados?¿darle a una palanquita endeble para que prenda una lucecita que titila es muy poco macho para nosotros y por ende no respetamos la luz de cruce?. El efecto se incrementa incluso cuando la mano que sale lo hace desde el asiento del copiloto, la reverencia que se le tiene a la mano que sale del vidrio izquierdo es asombrosa, ¿es qué acaso pensamos que las ansías de cruzar hacia la derecha del conductor son tales que logró convencer al copiloto de que se tomara la molestia de bajar el vidrio y gesticulase?, supongo que nos hace creer que se trata de algo de vida o muerte, si no ¿cómo lograría que la persona bajara el vidrio y moviera la mano un poco, seguramente tenía muchísimas cosas más interesantes que hacer mientras pasaba 45 minutos en tráfico...? Bueno ese es el punto, sacar la mano y pedir paso, es en Venezuela, como vaca en la Indía, sagrado e incuestionable, es la santa señal... si alguien tiene la respuesta de por qué la tenemos esta seña en un pedestal por favor compártala...

viernes, 19 de septiembre de 2008

Divagación en la Terraza

Las luces inmóviles que ocupan la calle me mantienen secuestrado, teniendo en cuenta que es viernes en la noche debería estar desesperado por salir de acá, misteriosamente no lo estoy. El ambiente en la terraza está particularmente ameno, la lluvia, que lamentablemente cayó a destiempo, refrescó bastante el día, a lo lejos observo el luminoso cinturon del ávila, también sobrepoblado por pares de luces que se empequeñecen por la distancia, luces que representan ansias de llegar a diversos destinos, ansias que están en interferencia entre sí, diversos destinos que representan diversas elecciones de vida, rápidamente pasan por la cabeza: el hombre trabajador desesperado por llegar a cenar por su familia, el joven que anhela la copa que su mano rodeará en poco tiempo, el ejecutivo que no puede esperar por ir a un bar de mala muerte a montarle cachos a su esposa con la respectiva secretaria, la señora que irá a misa. Tantas elecciones divergentes, cuya representación para mí se limita a un par de luces inmóviles en la distancia.
Las torres de oficinas se erigen en la panorámica, evolución (¿retrógrada?) de los Tepuyes que cubren la sabana, en ellas también se pueden ver pequeñas luces, luces dejadas encendidas para alumbrar la soledad de oficinas abandonadas (el calentamiento global pa la mierda), me pregunto qué será lo que motiva a ese último workaholic a quedarse hasta estas horas, ¿a qué le huye?¿a qué casa, habitada (o no habitada) está tan aterrado de llegar?¿valdrá la pena?. Esto me lleva a pensar en la infinidad de historias que se pueden concentrar en un área de diez cuadras a la redonda, la infinidad de vidas, pensamientos, amores y desamores, ambiciones, sueños aplastados, logros realizados, ¿cuantos valdran la pena ser contados?¿cuantas posibles fuentes de épicas urbanas podemos sacar de todas estas vidas, vidas, que se limitan a lo que a mí me consta, en un cuadrito con luz en la distancia.
Abajo el León está lento, la lluvia apago los ánimos cervecísticos, las mesas manaplas estarán carentes de compañía esta noche, el hombre que supuestamente hace un show con fuego (la palabra show debería sentirse ofendida) tendrá menos gente a quien hostigar, el McDonalds verá menos de sus puestos usurpados por gente que lo menos que quiere consumir son hamburguesas.
Tal vez está cuestión de las ciudades con muchísima gente apiñada hace que nuestras historias se vayan diluyendo un poco, tal vez el hecho de que estén rodeadas de tantas otras historias les va quitando poco a poco, le va restando importancia de manera progresiva, como una pared en donde pretendamos guindar 17 cuadros, obviamente cada cuadro va perdiendo importancia, los cuadros, al igual que nuestras historias/vidas/aspiraciones van perdiendo poco a poco, van perdiendo detalle, van perdiendo atención, vamos progresivamente perdiendo espacio de esa pared blanca que potencia nuestros colores, pero, al fin y al cabo ¿son nuestras historias/vidas/aspiraciones a los ojos de los demás más que pequeños pares de luces que se ven en la distancia?
Yo lo que se, es que quiero mi pared blanca entera, si, soy egocéntrico, no quiero gente que detracte.

jueves, 18 de septiembre de 2008

El gris...

Francamente desprecio el color gris, me parece insípido, nulo, aburrido, intrascendente, creo que muy poca gente lloraría al gris si el gerente cromático del mundo desidiera desterrarlo de la tierra, ahora, en verdad lo que no entiendo es por qué el gris sufre un desprecio tan colectivo, si no es más que la versión pigmentada del balance, del camino intermedio, es un color de centro, tal vez su problema es que siempre estará opacado por el negro, mucho más sobrio, elegante y en ocasiones imponente, y por el blanco, siempre más limpio, agradable y pulcro. El punto, es, que independientemente que el mundo esté lleno de grises y que ese matiz sea imprescindible para la sociedad y bla bla, el gris, como color y como descripción (describir a alguien como gris es simplemente ofensivo...) es medio patético.

Sin embargo, hoy, por primera vez en mucho tiempo, tengo que describir mi estado de ánimo como gris (por si no captaron, me parece irónico escribir gris en negrillas) y lo que me preocupa sorprendentemente no es que mi estado de ánimo pueda ser descrito como gris, sino que no existe razón alguna para hacerlo, simplemente me desperté así. El día de ayer fue bastante bueno para ser miercoles, de hecho podría decir que fue un buen miércoles, un muy buen miércoles, con un almuerzo lleno de sarcasmo, y en la noche película, cotufas y buena conversa. Por el otro lado, hoy (ni el futuro inmediato) plantea algo potencialmente desagradable, no hay ninguna visita dolorosa al dentista, nadie (menos mal) ha mencionado las palabras "tenemos que hablar" en bastante tiempo (tengo toda una teoría de esto, ninguna noticia buena viene después de la frase "tenemos que hablar", si la noticia es buena te la sueltan y ya, si es mala, te dan una especie de periodo de gracia de preparación psicológica) Hay buenos prospectos de planes para el fin de semana, hay salud, amistades, y cerveza en el horizonte. Por eso, me sorprende que pueda describir mi estado de ánimo como gris, especialmente porque usualmente lo podría describir como de cualquier color sacada de una caja de colores crayola, no sé, tiendo a estar alegre, y cuando no lo estoy, siempre encuentro algo de lo que burlarme, lo cual a su vez me hace estar alegre, pero hoy no, no tengo ni ganas de ser irónico ni despectivo (aunque tal vez eso es bueno) presencié magnas brutalidades por parte de representantes del gobierno y ni siquiera me reí un poquito, no se, tengo algunas teorías, tal vez estoy cansado, tal vez me hacen falta vacaciones. Pero por la que más me inclino es por la que dice que todavía no he desayunado, tengo sueño y por eso estoy todavía medio achantado.

O, tal vez es que tengo que aceptar que a veces uno se despierta con el pie izquierdo de la cama y que no es mal de morirse.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Cuentos de camino.... bueno, de baños de camino

Primera aclaratoria: esto no tiene nada que ver con lo escatológico...

Regresando de un viaje me encontraba pasando por un pueblo de esos que si no quedaran en la mitad de la carretera y no tuvieran bomba de gasolina claramente estarían sumidos en el olvido geográfico. De esos pueblos que tienen 10 construcciones en total (6 del lado izquierdo, 4 del lado derecho) Cabe resaltar que de esas "construcciones"(evolución precarias de las chozas) 3 eran "distribuidoras" (ej: distribuidora I.R.L) ahora, tiene que surgir la pregunta: ¿qué tanto hay que distribuir en un pueblo miserable de 30 habitantes? Dada la existencia de un punto de extorsión y abuso de autoridad descarado y despreciable (léase: alcabala de la guardía nacional) deben distribuir bienes confiscados de manera abusiva a ciudadanos honestos que los adquirieron de manera decente. Cabe resaltar que las otras neochozas eran: una venta de repuestos y un taller (práctico por su localidad aledaña a la carretera) 2 locales llamados "inversora (introduzca las siglas de su preferencia acá)" otra vez, ¿en qué coño inviertes en un pueblo de 30 personas?, un restaurant y un supermercado chino (hasta esos parajes han llegado), la licorería de rigor y la bomba de gasolina, protagonista de esta entrada.

Debo acotar que venía durmiendo, por ende estaba en un estado de aguevoniamiento (la palabra letargo es como nula) mental que me hizo tardar un poco en reaccionar. Cuando me estoy dirigiendo al baño, antes de entrar, el lacayo de la bomba me exclama :"señor, debe dar una colaboración de 500 bolívares", en mi mencionado estado de aguevoniamiento le indico que ya los busco, voy a la quincalla (no merece la designación de tiendita) y fue acá, en la mitad de una conversación con otra persona indignada por el exabrupto del baño que caí en cuenta del abuso que ese cobro representaba:

  1. La expresión "debe dar una colaboración de..." aparte de ser un grandísimo eufemismo, es totalmente contradictoria, debido a que la esencia de la colaboración es que es voluuntaaaria, por ende, al atribuirle un carácter imperativo se está tergiversando de manera perversa el término, si van a ser tan mezquinos y lambucios de cobrarte por el uso del baño (acto que despreciamos por miserable, ya que en todo caso el uso del baño es, generalmente, razón de que también se "aproveche" y se le ponga gasolina al carro y se compren diversas provisiones camineras en la respectiva quincalla, por ende, la bomba ya obtiene suficientes ganancias como para justificar el uso gratuito de los baños.
  2. La publicidad falsa involucrada, en el letrero de la estación de servicio, claramente indicaba que había baños, si uno sigue la costumbre y el sentido común, es claro que se supone que los baños de carretera son gratis. Ahora, si te van a cobrar por el uso del baño, uno espera que esa inversión sea utilizada para mantener el baño en un buen estado, por un momento, al estilo Renton en Trainspotting, soñe con baños de marmol, con aroma a lavanda, papel de doble capa, jabones y toallas etc. (demostración de que a veces abuso del wishful thinking) y bueno, ¡oh, ironía! me encuentro con un baño de carretera en estado de... erhm... baño de carretera... 500 bs peores invertidos de mi vida.
  3. La situación privilegiada (¿¡privilegiada!?) que ocupa esta bomba, es decir, en la mitad de la nada, le otorga una posición de monopolio, con la cual puede fijar precios abusivos para la utilización de sus cochinos baños, perjudicando más aún a los transeuntes de las carreteras nacionales, claramente el cobro de 500 bolívares es excesivo y perjudica a los consumidores, situación abusiva que debería ser denunciada al indecu, perdón indepavi inmediatamente.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Esa torre de marfil (surrealista)



Vemos acá, a la magnífica torre Oeste de Parque Central, esta se ve hermosa, pacífica, imponente, un pilar reluciente (y brillante) que se impone en el corazón de Caracas, un monumento diseñado para recordarnos de la grandeza de nuestra nación, esta monumental y solemne obra está ahí, perenne recordatorio del esplendor de los gobiernos de Caldera (el que aprobó el proyecto) el de CAP (cuando se terminó de construir la primera torre) y de Luis Herrera (durante el cualse terminó de construir la segunda). y ¿quién podría oponerse, incluso quejarse o criticar el producto del gobierno de tan exitosos e ilustres presidentes de la nación?

Estos dos titanes se erigían como los edificios más altos de Latinoamérica, hasta que los desgraciados mexicanos dicidieron construir la llamada torre mayor, mediante la cual lograron de manera sucia e injusta destronar a nuestras torres como las más altas, el colmo es que la fulana torre del DF es sólo 5 metros más alta que la nuestra, ¡mexicanos sucios y canallas!. El autoestima de dichas edificaciones también fue severamente lesionado cuando esos chinos malvados comunistas de Taiwan hicieron una torrecita que ojalá sea derribada por un Tsunami, dicha torrecita destronó a las nuestras como el edificio de hormigón más alto del mundo. Pobres torres, tuvieron que ir al psicólogo ya que se encontraban muy deprimidas, tanto así que una se trató de suicidar, la pobre torre este, gemelo mayor que siempre se encontró acomplejado porqué pensaba que querían más a su hermano menor... Ese amargo día del 2004 siempre estará en nuestras memorias, ese incendió sin duda estuvo a punto de calcinar el orgullo de una nación. Los suicidios, como Kurt Cobain ya lo ha demostrado, se prestan para elucubraciones y teorías conspirativas, y existen hoy fanáticos de la torre este que insisten que el incendio no fue un atento de suicidio por parte de la torre, sino que más bien fue una artimaña de los dioses de la ironía que pensaron que sería gracioso que el edificio donde estaba situado el Ministerio de Infraestructura se quedara sin infraestructura, el punto es que tenemos que estar eternamente agradecidos que nuestro pequeño ídolo de concreto, después de cuidados intensivos, ya está mejor y recuperándose, debemos resaltar la increible eficiencia con la que han reparado

Un punto memorable de la Torre Oeste, esa olla vertical de burócratas menesterosos y ministerios eficientes, son sus ascensores, siempre teniendo en cuenta que como ir a Disney está muy caro e igualmente visitar el imperio no es bien visto por estos lares, los siempre diligentes administradores del edificio decidieron brindarle de manera gratuita a todos los que tenías la increible dicha y júbilo de transitar por la edificación, la oportunidad de tener su experiencia sui generis de la afamada atracción florideña de The Tower of Terror. Esto, obviamente deriva en la necesidad de que estos ascensores tengan ascensoritas (ver Zurimendi para la referencia) Primero, en los ascensores de Parque Central, en una especie de oda a la anarquía, no existe coherencia ni sentido lógico, de hecho no existe relación alguna, entre lo que indica el botón y el piso al que te lleva, por ejemplo, si quieres ir al 11 la ascensorita marca el 37, para ir a planta baja marca el 52 y así con todo, por ende, el carácter no inteligible de los botones, ese complicado lenguaje dadaísta sólo es descifrable por unos pocos seres iluminados, escogidos de entre la mayoría por cualidades secretas que permanecen incomprensibles para los meros mortales (que tragedia sería si a uno le pasara algo, cómo haríamos para subir...), la segunda razón que confirma su necesidad es la imposibilidad de marcar los botones, los botones de los ascensores de Parque Central no responden al toque del dedo de un mortal, de hecho, para lograr que funcionen es necesario realizar un complicado procedimiento en el cual, con una moneda (la procedencia y denominación de la moneda, es, hasta ahora, un misterio) hay que rozar, de una manera especial y mística el botón, sólo mediante esta danza ceremonial es que el botón se ve cubierto por un halo de luz amarillenta que nos indica que ha tomado en cuenta nuestras súplicas. Por último, y creo que está es la función principal que dichos ascensoristas cumplen, es que como ya habíamos mencionado ut supra, estos ascensores nos brindan una especie de homage a la atración de Disney en la cual los pasajeros sufren las peripecias y exentricidades de un ascensor caprichoso. Estos ascensores, sin duda, son caprichosos, en el cumplimiento de sus labores operan de la siguiente manera: después de emprender su odisea hacía arriba, estos, al llegar a su ítaca, abren sus puertas cuando todavía puedes ver 20 cm del piso (es decir, del entre piso), posteriormente hacen esfuerzos descomunales para revertir su descalibre y (todavía con las puertas abiertas) suben (de más) de manera que ahora vez los 20 cm del piso de arriba del que querías ir, posteriormente, como con el acondicionador, enjuague y repita. Después de esta experiencia que posiblemente haya infartado a varios, la cosa se nivela y te puedes bajar... Por esas características particulares del viaje es que tengo mi propia teoría acerca de estas ascensoristas, en verdad, aparte de sus dotes descomunales para hablar el lenguaje de estos ascensores, tienen también entrenamiento paramédico (quiza tienen las planchas que dan el electroshock que tanto usaban en baywatch) por ahí, y por supuesta, previendo cualqueir falla del sistema, poseen entrenamiento en rapel para poder abandonar el barco en caso de malfunción...

Si después de su jornada burocrática, seguramente inútil, donde sólo fue peloteado de un piso a otro y no recibió ninguna respuesta concreta ( y mucho menos una solución) usted logra salir vivo de los ascensores de Parque Central ¡CUIDADO!, todavía no está a salvo, ya que para completar el cuadro surrealista, en el sótano de dicho complejo decidieron contratar a una Anaconda para que se coma a los ratones y a la ocasional persona que enoje a un viceministro.

Si después de leer esto, no está convencido de que Parque Central es un gran homenaje, una oda si se quiere, porqué no, incluso una alabanza a Dalí, Buñuel, García Llorca y Bretón etc... déjeme decirle dos cosas
  1. Vaya usted y dese cuenta
  2. Es estúpido por no creerme.

lunes, 8 de septiembre de 2008

El círculo vicioso de Le Mepris.

va un poco así:

Sentir desprecio, desprecio profundo, aparentemente consolidado, de una firmeza absoluta, para siempre y para la posteridad, un desprecio, si queremos, incuestionable. Posteriormente, en uno de esos agujeros fugacez que pululan en nuestra conciencia y que sin lugar a duda habitan en nuestro subconciente, hay una falla en el desprecio, ese manto omnipresente que cubría todo al parecer tiene un hueco diminuto, tal vez algún grillo intruso lo hizo, tal vez es un rasgón que dejó un roce con una de esas puas de las cercas ciclón que la vida nos arroja, tal vez el parche que le hiciste al manto del desprecio no estaba bien cosido, y a la primera que le aplican un poco de presión se deshila como franela ovejita vieja.

A través de la diminuta rotura se logra inmiscuir en el mencionado desprecio un sentimiento de luminosa esperanza, ciertamente es la misma esperanza charlatana de la cual ya has sido víctima en númerosas ocasiones, haces caso omiso a sus palabras, pero las palabras que te susurra en el oido llegan hasta tu hipotálamo y logran obnubilar tu juicio, piensas que la cuerda que te tiende para sacarte del pozo no te dejará caer a mitad de camino, tu juicio claramente nublado se ofusca aún más, y cual persona encandilada deambulas a tientas, esperando lograr pisar tierra firme, lo que no sabes (o sabes pero no quieres aceptar) es que esas diferencias irreconciliables, son, efectivamente, irreconciliables, una vez las catalogaste así, por algo habrá sido, te recuerdas que deberías confiar más en tu propio juicio.

Cómo obviamente no le haces caso a tu propio juicio te dispones a entablar un proceso de mediación y diálogo con las razones de dichas diferencias, pensando, como niño iluso que espera que sus padres divorciados vuelvan a casarse, que los problemas estructurales y endémicos que llevaron a dichas diferencias a ser irreconciliables se arreglan, esperas que se evaporen, que se difuminen en la atmósfera, claramente la atmósfera ya estaba bastante saturada y por ende, cuando despertaste las diferencias seguían ahí. Trataste de adaptar tu idiosincracia, insinuando que los beneficios obtenidos serían de suficiente mérito como para aguantar dicho amoldamiento, lástima que la plastilina mental no pudo tomar la forma que deseabas.

Debes aceptar que trataste, francamente eso lo dices con sinceridad, hiciste un verdadero esfuerzo, tomaste la postura adecuada, ajustaste el ecualizador mental para que los niveles que querías proyectar sonaran lo mejor posible, quien hubiera dicho, pensaste que esta vez la crusada sería exitosa, retomarías Jerusalen, la tierra anhelada estaría bajo el dominio y los pies del que realmente lo merecía. Pequeño detalle que quedó por fuera, tu cabeza no es un radio y no eres un paladín. Perdón caballo blanco, no tienes mucho uso en la ciudad, igual te ensuciarías y habría que lavarte mucho.

Sales derrotado por los moros, las ínfulas de cruzada fueron aplastadas rápida e implacablemente, esta vez ni siquiera hubo tiempo para que las ínfulas se convirtieran en delirios de grandeza, delirios que vendrían a alimentar tu arrogancia infundada. Emprendes el camino de regreso, cabizbajo y desanimado, la diatriba eterna te consume, absorbe todos tus pensamientos, no puedes dejar de preguntarte si eres un cruzado patético e inservible o si simplemente estás luchando la batalla equivocada. Dejas la pregunta abierta, igualmente llevas años sin poderla contestar, ¿qué ocurrió que intentas fútilmente contestarla esta vez? obviamente fallas, pero la pregunta continúa rumiando en tu cabeza, haciendo demasiado ruido para dejarte dormir, finalmente logras ahogarla, por lo menos temporalmente, en substancias de jerez. El sueño inducido resulta intranquilo, ineficaz preludio para un despertar anonadado. La pregunta sigue ahí.

Este momento lo aprovecha tu peor enemigo para asestarte la puñalada, estás mareado, confundido, no encuentras tu centro de gravedad por lo cual inevitablemente estás desbalanceado. Tu visión todavía borrosa no puede distinguir bien los objetivos y es evidente que tu cadena de pensamientos tiene unos cuantos eslabones faltantes. Ahí, crees que te susurran la respuesta a el eterno enigma, la susurran y te la crees, al fin y al cabo te la susurraste tu mismo, te la crees, aunque es normal que te la creas siempre en lo profundo sabes que es mentira, eso no ocurre está vez, te lo crees como si lo hubiera dicho el papa y tu fueras un campesino español en 1587. La infalibilidad de la respuesta de deja perplejo, la piensas, la meditas, te obsesiona por un tiempo. La confirmas...

De repente irrumpes en un estallido de ira, el único detalle es que el receptor de dicho ataque permanece anónimo e indetectado, no sabes que parte de tu ser quieres reventar a batazos. Por eso decides aporrearte todo, que mediante el aporreamiento logres expiar la carga que te ha sido impuesta. Claramente sólo consigues que la carga se duplique...
De repente aparece tu lado egocéntrico, la parte arrogante que en verdad lo es, la que no titubea, y esa parte procede a aporrearte en castigo por haberte aporreado, eso si crea un cambio, por lo menos ya no estás confundido (irónicamente) ahora pasas a un estado en el que tu YO actual pasa a odiar a tu YO de hace 5 minutos por haber permitido tal cosa, sucumbiste y eso te debería dar pena, lo importante es que lograste levantarte, sacudirte la tierra pero mantenerte despeinado.

en tu proceso de endogmía indescifrable incluso para ti mismo sigues en un estado de confusión, en teoría este proceso pareciese dialéctico, las dos posibles respuestas de la diatriba, después de cada una jalarte a su lado deberían lograr hacer una síntesis, esa sería tu respuesta, la respuesta que pensaste que obtendrías si usabas el blog como pensive. Claramente Hegel y los seguidores de la teoría de usar el blog como pensive están equivocados, por lo menos en lo que a mi me consta.

tal vez olvidaron que la palabra más dificil de pronunciar es frustración...

miércoles, 3 de septiembre de 2008

De Garitas y Talanqueras

Si vemos cualquier periódico (y ni decir Últimas Noticias) o prendemos la radio, entre las 7 plagas de Egipto que nos fustigan diariamente la que más resalta es la inseguridad, la cantidad deslumbrante de asesinatos y robos es suficiente para convertir a cualquier en paranóico. Bien, aparte de cercos eléctricos y rejas más altas, una de las soluciones que se le ha buscado a este problema (especialmente en urbanizaciones) es el de la garita, Especie de pseudoconstrucción habitada por un individuo, atento, vigilante, perspicaz, sagaz y astuto. En verdad no me quiero meter con los superintendentes de seguridad nocturna/catalizadores de acceso y tránsito urbanil (eso es un eufemismo si alguna vez vi uno), no envidio para nada su trabajo, claramente no hay suficientes telenovelas para llenar sus infinitas horas de ocio.

Ahora, lo que si me molesta es una práctica común de las garitas (o casetas, es lo mismo), y es cuando te someten a un interrogatorio digno de la inquisición o de la KGB cuando te dispones a ir a casa de una persona que reside en un territorios de esos que, al estilo de los castillos con sus fosos, se encuentran defendidos por sus implacables abre puertas. En verdad, los que son unos genios son los que diseñan/imprimen la hojita donde hay preguntas que van desde número de cédula hasta segundo nombre de tu bisabuela. La efectividad de dicho cuestionario es francamente deplorable, y en mi opinión debe limitarse a modelo de carro y el color (tal veeeez la placa) y casa a la que se dirige, ya que son las únicas preguntas en las que el vigilante en cuestión puede estar seguro de que le están contestando con la verdad (a no ser que sea daltónico, ahí si tendría problemas con los colores de los carros), en verdad, lo más idiota es preguntar el nombre (a no ser que se establezca comunicación con la casa, lo cual nunca ocurre) de hecho, montones de personas aprovechan la oportunidad para competir a ver quién puede dar el nombre falso más osado, se han visto desde Manueles Rosales, pasando por Juanes Barretos y llegando a Spentas Khuntares (con el extra añadido de que el interpelante fue tan arrogante como para interjectar que sabía perfectamente como escribir ese nombre), cosa igual sucede con el número de cédula, el típico: doce millones trescientos cuarenta y cinco mil seiscientos setenta y ocho.

Todas estas preguntas son una franca pérdida de tiempo, y su única función es darle algo de que reírse a gente verdaderamente ociosa, en ninguna manera ayudan a mantener la seguridad de los residentes, de hecho, es aún más peligroso ya que cualquier ladrón podría facilmente aprovechar los siglos que se tardan averiguando cómo se llamaba tu amigo imaginario para robarte.

Por eso, como ya en nuestras vidas hay suficientes trámites burocráticos inútiles, que injustamente nos roban de nuestro tiempo (y nuestra paciencia) propongo realizar actos de desobediencia civil y rebelión y negarnos a formar parte de los caprichos de algún inépto que se le ocurrio ponerse creativo con excel y hacer casillas de más con preguntas inútiles!.