viernes, 19 de septiembre de 2008

Divagación en la Terraza

Las luces inmóviles que ocupan la calle me mantienen secuestrado, teniendo en cuenta que es viernes en la noche debería estar desesperado por salir de acá, misteriosamente no lo estoy. El ambiente en la terraza está particularmente ameno, la lluvia, que lamentablemente cayó a destiempo, refrescó bastante el día, a lo lejos observo el luminoso cinturon del ávila, también sobrepoblado por pares de luces que se empequeñecen por la distancia, luces que representan ansias de llegar a diversos destinos, ansias que están en interferencia entre sí, diversos destinos que representan diversas elecciones de vida, rápidamente pasan por la cabeza: el hombre trabajador desesperado por llegar a cenar por su familia, el joven que anhela la copa que su mano rodeará en poco tiempo, el ejecutivo que no puede esperar por ir a un bar de mala muerte a montarle cachos a su esposa con la respectiva secretaria, la señora que irá a misa. Tantas elecciones divergentes, cuya representación para mí se limita a un par de luces inmóviles en la distancia.
Las torres de oficinas se erigen en la panorámica, evolución (¿retrógrada?) de los Tepuyes que cubren la sabana, en ellas también se pueden ver pequeñas luces, luces dejadas encendidas para alumbrar la soledad de oficinas abandonadas (el calentamiento global pa la mierda), me pregunto qué será lo que motiva a ese último workaholic a quedarse hasta estas horas, ¿a qué le huye?¿a qué casa, habitada (o no habitada) está tan aterrado de llegar?¿valdrá la pena?. Esto me lleva a pensar en la infinidad de historias que se pueden concentrar en un área de diez cuadras a la redonda, la infinidad de vidas, pensamientos, amores y desamores, ambiciones, sueños aplastados, logros realizados, ¿cuantos valdran la pena ser contados?¿cuantas posibles fuentes de épicas urbanas podemos sacar de todas estas vidas, vidas, que se limitan a lo que a mí me consta, en un cuadrito con luz en la distancia.
Abajo el León está lento, la lluvia apago los ánimos cervecísticos, las mesas manaplas estarán carentes de compañía esta noche, el hombre que supuestamente hace un show con fuego (la palabra show debería sentirse ofendida) tendrá menos gente a quien hostigar, el McDonalds verá menos de sus puestos usurpados por gente que lo menos que quiere consumir son hamburguesas.
Tal vez está cuestión de las ciudades con muchísima gente apiñada hace que nuestras historias se vayan diluyendo un poco, tal vez el hecho de que estén rodeadas de tantas otras historias les va quitando poco a poco, le va restando importancia de manera progresiva, como una pared en donde pretendamos guindar 17 cuadros, obviamente cada cuadro va perdiendo importancia, los cuadros, al igual que nuestras historias/vidas/aspiraciones van perdiendo poco a poco, van perdiendo detalle, van perdiendo atención, vamos progresivamente perdiendo espacio de esa pared blanca que potencia nuestros colores, pero, al fin y al cabo ¿son nuestras historias/vidas/aspiraciones a los ojos de los demás más que pequeños pares de luces que se ven en la distancia?
Yo lo que se, es que quiero mi pared blanca entera, si, soy egocéntrico, no quiero gente que detracte.

6 comentarios:

Carito dijo...

Seguramente todas las historias merecen ser contadas...
Mientras tú las sigas escribiendo, así sea suponiendo lo que dicen las luces, yo las seguiré leyendo!

Igor Zurimendi dijo...

No suelo ser fanático de posts por el estilo, pero me pareció elegante y una bonita forma de expresar la melancolía de vivir en Caracas.

Unknown dijo...

Estoy segura de que cada historia tiene su brillo, unas más que otras incluso. La cuestión está en quien se para un viernes en la tteraza a pensar en eso? quién?

Es bueno saber que uno no está solo cuando hace esas cosas. Como pensar en las vidas que se atropellan dentro de las lucecitas a distancia o en el calentamiento global de las oficinas que se quedan prendidas.


besosss

Miss Alice dijo...

"...al fin y al cabo ¿son nuestras historias/vidas/aspiraciones a los ojos de los demás más que pequeños pares de luces que se ven en la distancia? Yo lo que se, es que quiero mi pared blanca entera, si, soy egocéntrico, no quiero gente que detracte."

El final fue lo mejor de todo el post, y en un post tan bueno, eso es decir bastante.

idream2 dijo...

"Esto me lleva a pensar en la infinidad de historias que se pueden concentrar en un área de diez cuadras a la redonda, la infinidad de vidas, pensamientos, amores y desamores, ambiciones, sueños aplastados, logros realizados, ¿cuantos valdran la pena ser contados?¿cuantas posibles fuentes de épicas urbanas podemos sacar de todas estas vidas, vidas, que se limitan a lo que a mí me consta, en un cuadrito con luz en la distancia."

For some reason mabe me think of Amelie Poulin (of course her thoughts were not quite so melancholic).

Bibi dijo...

:) Cada vez escribes mejor...