miércoles, 29 de julio de 2009

Estereotipos de personalidades oficinezcas


DISCLAIMER: ESTO ES COMPLETAMENTE IMAGINARIO Y NO SE REFIERE DIRECTA NI INDIRECTAMENTE A NADIE QUE TRABAJE CONMIGO

Pasamos la mayor parte de nuestro día, a no ser, claro, que seamos felizmente desempleados, en nuestros lugares de trabajo. Dentro de la gran gama de lugares de trabajo existentes la oficina presenta un interesante caso de estudio, porque a pesar de la diversidad de labores que se desarrollen en cada uno, en el fondo, tienen una especie de esencia común, algún elemento misterioso que causan los carnets de banda magnética y las engrapadoras, un efecto místico que hace que en las mismas encontremos personalidades arquetípicas, estereotipos reiterados, comportamientos repetidos.

Algunos de los estereotipos de personalidades oficinezcas que vienen a mente:

  1. El obsesivo-compulsivo con posibles tendencias psicopáticas: Lo ves todos los días, sin embargo lo escuchas sólo muy ocasionalmente ¿te ha hablado en ocaciones que no sea estrictamente necesario?¿ha entablado conversación alguna que no verse sobre motivos laborales? Pero ahí está, sentado en su escritorio, el sonido reiterado que produce el reiterado golpe de sus dedos contra el teclado te ha atormentado un par de veces. Ahí está, viste de la misma manera todos los días, con su peinado -preferiblemente el popular lamioe´vaca- casi que calculado con regla. Su puntualidad y rutina son asombrosas, llega todos los días a la misma hora, 8:30 digamos, y aunque llegue antes al edificio no será hasta ese preciso momento que va a entrar al recinto. Su alimentación es particular, como siempre algo aburrido, arroz con pollo o algo así, pero no lo veras en el comedor puesto que estas personas rehuyen del contacto social, comerá sólo en su escritorio, el cual cabe acotar, está perfectamente ordenado, ahí no encontrarás nada sin etiquetar, ojo que dije etiquetar, no es del tipo que le pone el nombre a las carpetas manila con marcador, es de la gente que imprime la etiqueta y la pega. Su engrapadora es todo un fenómeno, como todo, está etiquetada y por alguna razón tienes la leve impresión que el número de grapas que tiene adentro está en un rango determinado, nunca menos de 25, nunca más de 74. Aunque pienses que es un perdedor tímido, sabes que en lo más profundo de tu subconsciente tienes miedo que un día se vuelva loco y los mate a todos.
  2. El galán de pasillo: El habitat natural de esta especie claramente no es detrás de un escritorio, muchos menos encerrado en una oficina, el galán de pasillo está siempre activamente buscando su presa y ¿qué mejor sitio para una emboscada que un pasillo? un pasillo estrecho donde sus víctimas (¿o acaso eligen serlo?) no tengan escapatoria posible. Si hay que recalcar una cosa del galán de pasillo es que no existe límite o estándar de selectividad alguno, esta persona simplemente ronda el pasillo y atacará lo primero que cruce su camino, desde la secretaria gorda hasta la gerente milf, todo ser femenino que respire resultará suficiente para intentar descargar hormonas. Encontramos que la técnica del pasillero es emboscar a las mujeres en el pasillo y luego hacer una sutil invitación a hacer algo -cualquier cosa en principio inocente- fuera de la oficina, ahí es donde verdaderamente saldrá a relucir su calaña, así que, mujeres desprevenidas del mundo corporativo, tened cuidado en sus viajes al baño o a buscar agua.
  3. El jefe-que-no-es-tu-jefe que siempre te atrapa en los peores momentos: La situación la hemos vivido todos, viernes, 4:30 P.M. ya hicimos planes, nuestros jefes directos no están por ningún lado, estamos preparando nuestra ansiada emigración al mundo del fin de semana, todo vislumbra salir bien y... ahí aparece... una mezcla de aire de desespero y cara de gato con botas, el jefe/socio/gerente de un departamento/división/área que no es la tuya, pero que por su condición de superior jerárquico tiene la facultad indirecta de mandarte (al final es miembro de la junta directiva/comité supremo) exclama al verte ¡(inserta tu nombre aquí)!¡qué bueno encontrarte! es que surgió algo de última hora (siempre es de última hora) en verdad es demasiado urgente, es de vida o muerte (siempre es apocalíptico), si no no te pediría esto (claro...) pero necesito que hagas (inserta cosa fastidiosísima aquí) p.ej. lleva este paquete pesadísimo en burro a chapultepec, o, si es peor, llévalo a tal oficina que queda en el rosal (un viernes? con esa cola? no me jod...) Chao chao viernes...
  4. La puta de oficina (o cubículo, depende del rango) Es necesario hablar de las diferencias de este estereotipo con el galán de pasillo, pues resulta que la puta de oficina/cubículo tiende a tener intenciones diferentes a su homólogo masculino, pues -y me perdonan la misoginia- ésta tiende a tener intenciones ocultas o ulteriores, por lo tanto, más que controlar la ebullición de sus hormonas, estos seres buscan ascender en el escalafón oficinezco, por ende, sus objetivos tienden a ser personas jerárquicamente superiores. Por lo tanto, su habitat depende de su rango, si ella tiene escritorio en el pasillo buscará al tipo que tiene cubículo, si tiene cubículo buscará al que tiene oficina, si tiene oficina buscará al tipo que tiene oficina de esquina y así sucesivamente.
  5. El vago ocioso ladilla: No nos importa tanto que sea vago y no trabaje un carajo, ni tampoco que en su ocio se disponga a hacer las cosas más aburridas del mundo, lo que nos revienta las pelotas de este tipo es que su vaguedad y ociosidad se vierten hacia el mundo exterior y terminan salpicándonos encima. Es el típico carajo (no sé por qué esta especie no se da casi en mujeres, creo que es porque éstas si están ociosas se escapan a la peluquería) que cada 3 minutos alza su cabeza por encima de la pseudo pared que divide tu escritorio del suyo (siempre se va a sentar al lado, de eso no hay salvación, si tiene oficina es la de enfrente) para preguntarte, o comentarte, cualquier zoquetada del estilo de "¿viste que en Kuala Lumpur un perro vomito sobre una señora de 77 años?" o "ayer mi hamster hizo tanto ejercicio que rompió su ruedita" sencillamente fomenta momentos imaginarios estilo Ally McBeal en los que te provoca tener una escopeta y...
  6. El/La persona rebelde del personal de cuello azul: Capaz el estereotipo mayor es el conserje de Scrubs. En toda oficina debe haber uno, alquien del personal de cuello azul (el eufemismo personal administrativo no me gusta y personal de servicio me parece ofensivo) que se rehusa completamente a hacer su trabajo, desde el mensajero que se niega rotundamente a llevar depósitos al banco hasta la telefonista que se niega a informar quién está llamando, pasando por el pasante que llega a las 11 alegando que los miembros de la junta directiva llegan a a esa hora. No podemos negar que le agregan un toque pintoresco al lugar de trabajo, sin embargo, siempre está la pregunta de por qué, si se niegan a hacer su trabajo, no los botan. He escuchado varias teorías al respecto, algunas implican que despedirlos (por la absurda legislación laboral venezolana) resultaría demasiado caro, otras alegan su inamovilidad a una membresía en un sindicato secreto de secretarias que tiene grandes influencias en el gobierno. Pero la teoría más plausible es que cuando las personas que realmente podrían tomar la decisión de despedirlas piden algo no hay rastro alguno de rebeldía, sino más bien eficiencia digna de panadero portugués.
  7. El/La persona que insiste en hacerte saber ABSOLUTAMENTE TODOS los detalles de su vida: y esto si me parece de mal gusto, si alguien tiene la necesidad de contarle a la humanidad (o en su defecto al idiota que tiene la desdicha de trabajar con el-ella) absolutamente todos los detalles insignificantes de su vida, podría tener la delicadeza de hacerlo por un medio que no implique que uno no tiene escape, que abra un blog, que escriba un diario, que grabe un podcast, que se grabe y monte los videos en youtube, medios hay, pero por favor, que no atormente a sus compañeros de trabajo, francamente ¿en verdad me importa si ayer lograste entrenar a tu perro para que te trajera las pantuflas, que tu novio te hizo tener 7 orgasmos, que tu sobrino aprendió a decir paralelepipedo o que pretendes cenar ensalada de alcachofas? la respuesta, generalmente es NO. Sin embargo como irse en la mitad del cuento es un acto de vil patanería, uno debe resignarse y desarrollar la técnica que uno usaba para cuando uno de nuestros padres nos empezaba a sermonear por teléfono, es decir, abstraernos de la conversación y ocasionalmente interjectar un "claro" "wow" "excelente"


miércoles, 22 de julio de 2009

Lo que no sabías que Harry Potter fomentaba

Después de ver HP me di cuenta de que, aparte de la línea central de la película, la misma promueve y fomenta una serie de cosas, que, aunque tal vez no salten a primera vista, considero positivas y dignas pues de comentar.

1. HP fomenta una manera de vestir casual y cómoda: Vemos a lo largo de la película como los buenos están siempre en ropa sencilla, no aparatosa y relajada, los vemos ataviados en bluejeans y gomas (el maracucho se rehusa a desaparecer... agréguenle zapatos...) en un sueter y una franela blanca marca ovejita. Sin duda esa combinación es el epítome de la vestimenta casual. Por otro lado encontramos como el sifrino de mierda de Draco Malfoy y su pandilla andan siempre de blazer y camisa (como que tienen complejo de abogado)

2. HP pregona el ideal burgués: Esta creo que es bastante obvia, podemos ver como los mortifagos son una especie de versión de los amos del valle pero con varita mágica, la representación de la aristocracia más rancia del mundo de la magia. Por el otro lado encontramos que muchos de los personajes notables que luchan contra ellos no tienen exactamente el mejor pedigree, la mayoría han surgido y llegado a donde están por su propio esfuerzo. Son entonces unos patas en el suelo que mediante talento han subido al tope, son pues, burgueses, entendida la palabra como algo positivo, como se utilizaba en el siglo XVIII, no como el termino derisivo que los comunistas han querido darle.

3. HP idealiza el emprendimiento capitalista: Sí, es verdad, los gemelos Weasley deciden emprender, arriesgándose a instalar un negocio que resulta ser todo un éxito, lograron pues satisfacer necesidades de la comunidad lo cual les trajo grandes beneficios económicos. Esa es la esencia del capitalismo, innovar, hacer algo nuevo, hacer felices a las personas mediante la resolución de sus necesidades inatendidas. Podemos incluso ver como han sido tan exitosos que han logrado superar los embates de la recesión que ha afectado a todo el callejón.

4. HP fomenta el pensamiento positivo estilo "The Secret" : Aunque esto pudiera pecar de DeprakChoproso, cuando Ron (el perdedor resentido) piensa que le han aliñado su jugo con felix felicis (Esteroides versión Hogwarts, sólo esperemos que no salga ningún José Canseco) logra ser un deportista bastante decente, después relevándose que era un simple placebo. Sirve para hacer relucir toda esa vaina de "el poder está dentro de ti" o de "la ley de atracción".

Nota: no he fijado posición acerca de éso (soy agnóstico al respecto) sólo como lo enfocan en la película.

5. HP propicia intentos frustrados de escapismo: Esto ya no trata sobre la película per se, sino sobre lo que, por lo menos algunas personas, terminan pensando después de verla, que es ¡mierda, quiero ser personaje de esa película, quiero vivir en puto Hogwarts! Pero claro, es el resultado natural, en qué otra parte del mundo la caraja más galla del salón es también la más bonita, que aparte está infatuada con el perdedor del grupo, en dónde más pasa que el héroe de la vaina tiene lentes y es gallísimo. Logra de esa manera HP fomentar en nosotros un grave deseo de escapar de la realidad, de abstraernos de los secuestros y los golpes de Estado, de la inflación y el tráfico. Sin embargo, estos intentos fugaces se ven, inexorablemente, siempre frustrados.


P.D. Sí, estoy al tanto de que este post fue gallísimo.

miércoles, 15 de julio de 2009

los faux pax que el abogado venezolano no puede permitirse

Los abogados son criaturas misteriosas, con mucho sentimiento de comunidad, o por lo menos de estereotipamiento compulsivo. En esta subcultura que pulula los tribunales existen una serie de reglas tácitas que, en caso de ser violadas, acarrean la terrible e insoportable pena del escarnio público. A continuación me propongo enumerar unas cuantas de estas reglas pétreas, recordemos que por más ridículas que parezcan, dura lex sec lex.

1. Que te encuentren en Tribunales sin blazer: no importa cuánto calor esté haciendo, el sentido de haute couture de la profesión legal venezolana no acepta ningún tipo de sugerencia, ni siquiera cuando la sugerencia proviene de factores como lo es la locación geográfica y la temperatura de la ciudad en la que se habita. Creo que es hora de que aceptemos la realidad, estamos en el TRÓPICO, por lo cual deberíamos procurar vestir de la manera menos calurosa posible (sugerencia: guayabera) Cosa que no se logra con el sofoco de una corbata...

2. Escribir con algo que NO sea un Montblanc (aunque sea falso): no importa el resultado de lo escrito, para el jurista patrio lo mismo da que lo que esculpa la tinta sobre el papel sea una futura obra monumental de la literatura universal, un opus revolucionario del pensar jurídico o simplemente el número del expediente que quieres solicitar. Lo importante es con que se escribe, y por su madre jure que no encontrará a un abogado venezolano de pura cepa que digne empuñar un instrumento de escritura tan profano como un kilométrico plus.

3. Permitir ser llamado de una manera diferente a "doctor": no importa que haya estudiado meramente 5 años y que su contribución al acervo de literatura jurídica brille por su ausencia. El haber estudiado 5 largos años una carrera en la que la tesis y las pasantías NO son requisito de grado le otorga al abogado el honor de ser mal llamado con la más alta distinción académica. Pero en este punto hay que dar el beneficio de la duda, puesto puede ser que sea una simple manera para disimular la ignorancia del nombre del interlocutor.

4. Transportar los documentos en algo distinto a un maletín: La comodidad ha sido dejada de lado (cosa que se demuestra por el mero hecho de usar corbata) no importa que uno sepa que va a tener que hacer cola, la mejor y única manera gremialmente aceptable de trasladar documentos es mediante un maletín (objeto cuadrado, pesado y fastidiosísimo para cargar). Si sabemos que en las dependencias públicas a las que asistimos diariamente no funciona el ascensor, obligándonos a un fatigoso ascenso por una escalera sofocante ¿no sería mejor un morral? creo que, aunque los quiroprácticos se quejarían, nuestras espaldas lo agradecerían.

5. No revisar el Blackberry mientras se esperan los expedientes: No caigamos en la posibilidad de que algunos colegas piensen que no somos personas ocupadas perennemente, me imagino el despotrique ¡Qué! ¿no estaba revisando su teléfono mientras esperaba los expedientes? ¿Qué clase de chimbín será? ¿Cómo se le pasa por la cabeza que no es de buen gusto gremial demostrar momentos de desocupación, de relajo o de cualquier forma de no-urgencia? Sin embargo, mi instinto me dice que más que solventar asuntos importantes relativos a una fusión hostil, la mayoría le está preguntando a su esposa (o amante) qué hay de almuerzo.

6. Usar menos de dos o más de cuadro nombres/apellidos: No sirve Pedro Pérez, mucho menos Juan López, Francisco Jaime Pulgar de León es demasiado rimbombante ni hablar de lo exagerado de Mauricio Josefino Concepción Huerta-Sierra. En la definición de la combinación de nombres a usar sólo es posible usar 3, 2 denota poca monta, simplismo, mientras que 4 es pretencioso (como si ya no lo fuésemos) Se suman puntos si los dos apellidos tienen un guión en el medio, si no se tiene guión, o los dos apellidos son demasiado comunes para ser guioneados, se recurre a utilizar los dos nombres (ejm: Manuel Andrés Casas). Algunos juristas de reconocido talante han tenido las agallas y se han atrevido a usar apellidos guioneados y una inicial de su segundo nombre (ejm: Allan R. Brewer-Carías) Pero es preciso acotar lo arriesgado de dicha maniobra.

7. Hacer la cola para montarse en el ascensor (cuando funciona): Como ya hemos mencionado, los ascensores de edificios tribunalicios tienden a trabajar como una secretaria de Ministerio cuando se atrasan para pagarle la quincena, es decir, nada. Hay momentos de inmenso fortunio, en los cuales los ascensores deciden trabajar como secretaria de ministerio a la que sí le pagaron la quincena, es decir, mal y poco. De todos modos, en esos instantes equinóccicos en los que los ascensores deciden funcionar resulta imposible lograr la hazaña de formar una cola ordenada, para qué hacer cola, se preguntan los jurisconsultos, eso es para los pendejos, mejor colearse, mejor amontonarse como turba romana alrededor de la puerta, no dejar que la gente que se va bajando salga y entrarse a piñas para entrar. Justo la solución ordenada, pacífica y apegada a la justicia que esperaríamos del gremio al que en algún tiempo pretendo ingresar.

Para la gente de sensibilidad fácilmente ofendida, que tildará estas líneas como un despotrique pretencioso, que les baste saber que cumplo con 3 de los 7, el del nombre es obvio, a su imaginación dejo cuáles son los otros dos.

martes, 7 de julio de 2009

¿y a quién dirigen?


Es común en declaraciones televisivas o radiales escuchar que el presentador anuncia a su invitado como: fulano de tal, dirigente de [inserte acá el nombre del partido de su preferencia] quien nos hablará de [inserte acá el nombre del evento del gobierno que esté de moda criticar]

El uso indiscriminado del cargo de dirigente me parece, no sólo un error terminológico, sino un simple absurdo. Por lo cual considero que, ante todo, debemos buscar la causa del uso del término. La única razón medianamente lógica que he encontrado es la falta de cargos públicos ocupados por estos personeros, el razonamiento vendría siendo el siguiente: si quiero que la persona X reciba atención y pueda ser electo para algún cargo es necesario que esté en la palestra pública (o en su defecto en los medios) pero entonces ¿bajo qué título lo presentamos?¿qué debe aparecer abajo de su nombre en la tirita de globovisión o en el espacio después de la coma subsiguiente a: fulano de tal en las declaraciones radiales?

La respuesta es sencilla: DIRIGENTE

Pero, ¿qué es ésto?¿un dirigente no se supone que...emm...dirija?¿no debería tener algún tipo de influencia sobre por lo menos la militancia de su partido?¿no debería un dirigente tener algún tipo de relevancia en la dirección ideológica de su partido?¿no se supone que debería, por lo menos, dirigir algo más que palabras a una cámara o un micrófono?

Personalmente yo creo que sí, que esos deberían ser requisitos para considerar a alguien dirigente de un partido. Sin embargo, también entiendo la necesidad que tienen ciertas instituciones de aderezar el nombre de una persona, es fácil de entender que un nombre por sí sólo no nos dice mucho, razón por la cual hay que ponerle un subtítulo, me imagino al dizque marionetero detrás de todo pensando "si lo dice Pedro López nadie le hará caso, pero si lo dice Pedro López: dirigente nacional de Alianza Anarco Sindicalista las masas aceptarán todo lo que dice como la verdad absoluta"

Francamente estoy en desacuerdo con esa forma de pensar, me resulta falsa, hasta pretenciosa, queriendo hacer parecer a una persona cualquiera un líder iluminado. Por consiguiente me gustaría que adoptasen un poco más de sinceridad en lo que respecto a los título que le ponen a la gente, un poco más de coherencia. Por lo tanto propongo la creación del cargo de vocero, darle ese título a alguien no tiene nada de falso, es perfectamente lógico, ya me imagino al locutor diciendo "con nosotros Jaime Méndez, vocero de Unión Aristocrática Juvenil" es el cargo que es acorde con la función, Jaime Méndez es vocero por la simple razón de que está ahí (en un medio de comunicación masiva) siendo el portavoz de un grupo que representa, todo sin las ínfulas de que puede dirigir a multitudes de seguidores en cruzadas contra molinos de viento...

Sinceramente.

Manuel Andrés Casas, Dirigente de ¿518?

jueves, 2 de julio de 2009

Que NO carajo Y PUNTO


El otro día me comentan "mira, men, vamos a estar celebrando [inserte su razón de celebración favorita acá] hoy en la noche en [inserte la pavosa discoteca de turno] pásate y nos tomamos unos rones"

Respuesta: "en verdad muchas gracias, pero.... esos sitios van contra mi religión"

Es una respuesta que he dado varias veces y que a traído respuestas como :"no seas tan pajúo/pretencioso/agüevoniao/pendejo/ladillao etc" Sin embargo, considero que la respuesta es perfectamente lógica y que todos los adjetivos dirigidos a mi persona son, en efecto, aplicables a las personas que deciden emprender una celebración en una de las nefastas discotecas.

Pretendo entonces explicar de manera breve mi repulsión a estos sitios, que, aunque usted no lo crea, tienen mucho de parecido con algún ministerio (o sede de la burocracia que usted prefiera)

1. La Cola

¿Por qué carajo habría de querer ir a un sitio dónde tengo que esperar un tiempo considerable de cola para entrar? En mi caso particular siento que paso toda la puta semana metido en una cola, voy a Parque Central, cola para montarse en el ascensor, voy a Tribunales, cola para pedir los expedientes, voy a la Fiscalía, cola para poder registrarse en el imprescindible libro para poder pasar. Cada vez que me monto en el carro, ¿adivinen qué? cola y más cola en este congreso mundial de tráfico que es Caracas.

Si eliminamos las colas que yo tengo que calarme por motivos laborales, nos queda, por lo menos un elemento común, el tráfico, puesto que a no ser que uno tenga un helicóptero o un batimóvil estacionado en el garaje no hay manera alguna en la que un habitante de esta ciudad pueda escapar del vil secuestro de nuestro tiempo con que el tráfico nos azota. Sin embargo, muchas personas consideran que lo esencial para pasar un fin de semana arrechísimo won es estar parado en un sitio haciendo una cola interminable para que algún inepto te permita entrar a gastar tu dinero. Coño, esa extorsión se la paso a la Onidex, y sólo porque no me queda otra opción, pero de ahí a voluntariamente someterme a estar esperando por que un portero caprichoso le de la gana de dejarme entrar ¡ni de vaina! (el despotrique contra el portero viene abajo)

Pero la realidad de la movida nocturna capitalina revela lo contrario, un vistazo nos revela que noche tras noche caraqueños se apiñan y apretujan por el honorable privilegio de estar esperando detrás de la cuerdita de aeropuerto glorificada, buscando tenazmente hacer contacto visual con el portero, contacto visual en el cual de manera apologética y servil el aspirante pareciera aclamar ansiosamente "a mí, elígeme a mí, porfa, porfilis, porfa a mí"

¿Qué otro sitio tiene siempre cola para entrar? La Onidex, El Seguro Social, Tribunales, Cualquier Ministerio. Ahí va la similitud número 1

2. El Portero

¿Cómo llamamos a una persona que, durante el ejercicio de sus funciones, te mira con desdén y desprecio, abusa grotescamente de las insignificantes cuotas de poder que tiene y (sin razón alguna aparte del hecho de tener un pichache uniforme) se cree infinitamente superior a ti... ¡Ah! y casi se me olvidaba, piensa que hacer su trabajo es hacerte un favor, un favor del cual tu vida (o tu felicidad) depende? yo particularmente lo llamo burócrata de mierda, las personas que asisten a discotecas fácilmente podrían llamarlo portero.

Jalarle bola a este despreciable ser me parece absurdo, por ende, es algo que me rehuso a hacer en mis fines de semana, que al fin y al cabo son el tipo que uno tiene para hacer lo que a uno le gusta y descansar ¿si ya diariamente tengo que gastar mi tiempo jalándole mecate a un funcionario inepto para que haga su trabajo (pero nunca después de las 3:30) por qué carajo habría de hacerlo voluntariamente un fin de semana? en mi humilde opinión, éso es absurdo...
esa es la similitud número 2

3. La Ropa

Una de las características mas inefables del portero fue omitida del punto anterior con el propósito de incluirla en éste. Me refiero nada menos que al síndrome de "ojos de ascensor" que tienen estos seres despreciables (¿Por qué no juzgan su camisa apretada que dice en amarillo SECURITY?... eso no tiene un carajo de bueno gusto como pa que lo anden juzgando a uno) Después de aplicarte los "ojos de ascensor" de mierda, en los que juzgan desde tus zapatos hasta tu peinado (la gelatina es algo fundamental. La existencia de esta substancia y su cantidad es determinante, pues una mínima cantidad te puede vetar de algunos sitios, mientras que en otros si no tienes el equivalente a una garrafa de gel en el pelo tu entrada está proscrita).

Ahora, no voy a criticar el hecho de que ciertos comercios impongan normas relativas a la vestimenta que consideren adecuada, al fin y al cabo es su comercio y sus dueños pueden hacer con él lo que se les venga en gana (corriendo el riesgo de quebrar) si ellos dicen que no quieren dejar entrar a nadie con pantalones rotos o en gomas (sí, soy maracucho, me rehuso a decir "zapatos de goma") bien pueden hacerlo. Lo que YO no pretendo hacer es ponerme otra vez el mismo disfraz que me pongo para la oficina para ir a "esparcirme".

¿Qué otros locales le imponen a la gente condiciones de vestimenta? que yo sepa a nadie le han impedido la entrada a Excelsior Gamma o a McDonald´s por estar en chores, pero si he visto como a gente no la dejan entrar a ministerios por "No estar vestidos a la altura y ofender la dignidad ministerial" Ahí está, similitud número 3

Estas razones creo que ya son suficientes para demostrar el porque aborrezco ir a estos sitios. Sin embargo, si no han sido suficientes para alguien agrego brevemente unas más: (i) la música es potencialmente una mierda, y aunque no lo sea en el afán del DJ de complacer a todo ser viviente que se encuentre adentro eventualmente pondrá algo que no te guste. (ii) La actitud de "estoy demasiado buena y lo sé y por ende exijo que se me jale bolas y se me brinden tragos de color pastel con nombres rimbombantes" basta decir que abunda (iii) la posibilidad de que algún cretino acomplejado te embosque de espaldas y te parta una botella en la cabeza "porque me miraste mal" (iv) porque francamente pana... QUE LADILLA

Por ende, mi respuesta cuando sale alguna excursión a alguno de estos sitios será NO, cuando se insista, será NO y cuando se critique será NO carajo... Y PUNTO

miércoles, 1 de julio de 2009

Teoría Conspirativa 1


A veces encuentro que mucha gente todavía tiene dejos infantiles, aunque pretendan ser las personas más serias y maduras del mundo sigue habiendo, por lo menos de manera subyacente, ciertos comportamientos reminiscentes a esas edades de inocencia. Muchas veces encontramos que mucha gente poderosa y grave tiene debilidad por dulces infantiles (ejm: Dumbledore en Harry Potter)

Sin embargo, el punto principal es que uno de los dulces que más provoca este fenómeno son las gomitas, particularmente las que vienen en forma de algún animal salvaje. Personalmente tengo una particular afinidad por estas gomitas y durante los pasados dos meses casualmente he estado en varios sitios donde los mencionados dulces han estado disponibles. Entonces un día me di cuenta de un fenómeno recurrente, algo que sucedía en todo sitio donde hay gente comiendo gomitas, sin importar edad, sexo, tendencia política o grado de inteligencia.

¿Cuál es, entonces, este misterioso evento que rodea a toda bolsa abierta de osos de goma?

¡Qué discriminamos!

Claramente hay preferencias en gomitas, todo el mundo quiere las rojas o las anaranjadas, dejando de lado y mirando hasta con desdén a las verdes. De hecho la autoritaria interjección ¡No te comas todas las rojas! ha retumbado en más de una ocasión. Entonces, surge la siguiente pregunta ¿Por qué, si hay tan claro favoritismo hacia las gomitas de color de partido comunista (o del partido republicano) y tanto desdén hacia las de color de partidos ecológicos/copeyanos, las siguen haciendo?¿Por qué no asumen la realidad (por dura que sea) aceptan que las gomitas verdes no le gustan a nadie (excepto tal vez a uno que otro ser con pésimo gusto) y hacen una bolsa con puras gomitas rojas?

La pregunta puede tener una serie de respuestas:

1. Los malvados fabricantes de gomitas en forma de oso (difícil éso de poner malvado seguido de fabricante de gomitas en forma de oso ¿no?) saben plenamente las preferencias discriminatorias de sus consumidores, pero siguen haciendo las bolas multi-étnicas como medio de extorsionar disimuladamente a sus clientes, saben que la bolsa ni de vaina trae suficientes gomitas rojas, saben que vas a quedar con antojo y vas a tener que comprar otra bolsa. No sería más que una estrategia de ventas y una estrategia económicamente racional si vamos a eso.

2. Lo saben, pero les de lástima con las gomitas de color verde, temen hacerle daño a su frágil autoestima azucarado, por ende las siguen poniendo en bolas por compasión.

3. Una agencia gubernamental pensó en algún momento que las bolsas monocolor eran racistas, imponiendo entonces una cuota de gomitas verdes que debe contener cada bolsa, so pena de que te cierre el indepabis si incumples la regulación. La cantidad de gomitas verdes viene dada entonces por políticas anti-apartheidistas o por affirmative action, buscando corregir la injusticia histórica y el sufrimiento por el que pasaron las gomitas verdes por la tiranía de las rojas.

4. Al dueño de la fábrica le gustan más las verdes y todo es un plan maquiavélico para lograr imponerle a sus clientes sus preferencias y gustos.

5. Capaz toda la gente que conozco está loca y en el mundo si hay, en efecto, un grupo significativo de personas a quienes les gustan las gomitas verdes