martes, 7 de julio de 2009

¿y a quién dirigen?


Es común en declaraciones televisivas o radiales escuchar que el presentador anuncia a su invitado como: fulano de tal, dirigente de [inserte acá el nombre del partido de su preferencia] quien nos hablará de [inserte acá el nombre del evento del gobierno que esté de moda criticar]

El uso indiscriminado del cargo de dirigente me parece, no sólo un error terminológico, sino un simple absurdo. Por lo cual considero que, ante todo, debemos buscar la causa del uso del término. La única razón medianamente lógica que he encontrado es la falta de cargos públicos ocupados por estos personeros, el razonamiento vendría siendo el siguiente: si quiero que la persona X reciba atención y pueda ser electo para algún cargo es necesario que esté en la palestra pública (o en su defecto en los medios) pero entonces ¿bajo qué título lo presentamos?¿qué debe aparecer abajo de su nombre en la tirita de globovisión o en el espacio después de la coma subsiguiente a: fulano de tal en las declaraciones radiales?

La respuesta es sencilla: DIRIGENTE

Pero, ¿qué es ésto?¿un dirigente no se supone que...emm...dirija?¿no debería tener algún tipo de influencia sobre por lo menos la militancia de su partido?¿no debería un dirigente tener algún tipo de relevancia en la dirección ideológica de su partido?¿no se supone que debería, por lo menos, dirigir algo más que palabras a una cámara o un micrófono?

Personalmente yo creo que sí, que esos deberían ser requisitos para considerar a alguien dirigente de un partido. Sin embargo, también entiendo la necesidad que tienen ciertas instituciones de aderezar el nombre de una persona, es fácil de entender que un nombre por sí sólo no nos dice mucho, razón por la cual hay que ponerle un subtítulo, me imagino al dizque marionetero detrás de todo pensando "si lo dice Pedro López nadie le hará caso, pero si lo dice Pedro López: dirigente nacional de Alianza Anarco Sindicalista las masas aceptarán todo lo que dice como la verdad absoluta"

Francamente estoy en desacuerdo con esa forma de pensar, me resulta falsa, hasta pretenciosa, queriendo hacer parecer a una persona cualquiera un líder iluminado. Por consiguiente me gustaría que adoptasen un poco más de sinceridad en lo que respecto a los título que le ponen a la gente, un poco más de coherencia. Por lo tanto propongo la creación del cargo de vocero, darle ese título a alguien no tiene nada de falso, es perfectamente lógico, ya me imagino al locutor diciendo "con nosotros Jaime Méndez, vocero de Unión Aristocrática Juvenil" es el cargo que es acorde con la función, Jaime Méndez es vocero por la simple razón de que está ahí (en un medio de comunicación masiva) siendo el portavoz de un grupo que representa, todo sin las ínfulas de que puede dirigir a multitudes de seguidores en cruzadas contra molinos de viento...

Sinceramente.

Manuel Andrés Casas, Dirigente de ¿518?

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