jueves, 25 de febrero de 2010

Si los días fueran personas

Un día, mientras tomaba el café de la mañana en la oficina, surgió el tema de que el lunes es una mierda de día (obvio) pero que, hecho el loco, el martes también es una mierda; esto me llevó a ponerme a pensar qué tipo de personalidad tendrían los días de la semana si fueran personas:

Lunes: es, claramente, un coño e´ su madre, pero un coñoemadre sádico, que disfruta hacerte sufrir, tus mentadas de madre a su persona son la razón de su existencia, el muy desgraciado se tripea tus ojeras, tu mal humor, la falta de ánimo con la que recibes la semana, tiene poder sobre ti, poder de hacerte sufrir, lo sabe, lo explota y, sin duda alguna, el resultado lo deleita.

Martes: es un coñoemadre, pero con una cara de pendejo bien administrada, es el típico coñoemadre colombiano: pareciera venir a saludarte con un abrazo, pero en verdad lo que busca es posicionarse para clavarte el cuchillo en la espalda; su máximo placer es agarrarte desprevenido, creías que lo peor había pasado, pero no, el martes está ahí para recordarte con su lejanía lo lejos que está el anhelado viernes, la única razón por la que nos parece mejor que el lunes es porque éste es más sincero, en el fondo son la misma mierda.

Miércoles: el miércoles me da un poco de lástima, en el fondo es un tipo con buenos sentimientos, que quiere ser nuestro amigo, pero a quien la tiranía de la semana ha relegado al papel del zonzo que todos desprecian; no lo desprecian por ser mala persona –porque sabemos que no lo es- pero simplemente está atravesado, es ladilla, es NULO. Muy cerca del fin de semana para ser mal (y dejarnos odiarlo) pero todavía muy lejos del sábado como para ser divertido. Intenta ser simpático, pero en el fondo, sólo nos aburre con su perorata.

Jueves: es el típico chamo de 17 años que se muere por ir a rumbear, aunque sabe que todavía no tiene la edad requerida, sale armado con su cédula falsa y su pinta de “viejo”. Si el jueves es algo, es impaciente. Sabe que todavía no es su momento, que hace falta esperar un poco más, pero cómo le provoca ir a caerse a palos hasta el amanecer; lamentablemente las consecuencias a pagar al día siguiente son mucho más elevadas, porque implican todavía un día completo de faena laboral. Mal que bien tiene actitud y por eso nos cae bien.

Viernes: Ah, el viernes, la tan cotizada viernes (porque es una ella). Para mí el viernes se representa por una mujer de 28 años, profesional, exitosa, encaminada en la vida. Es la caraja que tiene una presentación ante la junta directiva, va emperifollada con su traje de taller, sus tacones y su pinta de ejecutiva, pero en el fondo lo que quiere es que sean las 6 de la tarde para ponerse unos yines e irse a caer a palos hasta el amanecer.

Sábado: la más cotizada de todas, es la razón de nuestra vida, esperamos ansiosos a que llegue y suspiramos lamentándonos cuando se va. ¿Por qué nos gusta tanto? Por una sencilla razón: ES UNA LOCA ESQUIZOFRÉNICA. Ella puede ser, desde la aventurera/deportista que nos lleva en la mañana a subir el cerro, hasta la bohemia que invita a pasar la tarde ojeando libros usados y terminando por ser la decadente que invita a incurrir en nuestros hábitos dipsómanos hasta altas horas de la madrugada. Da pa todo, es guerrera y echaa´ pa´ lante´ y por eso estamos perdidamente enamorados de ella.

Domingo: Es una niña de colegio católico ingrata. Por más que la acompañes a misa, que la invites a un almuerzo familiar, que la lleves al cine en la noche después de que comiste helados en la tarde y todavía, con todo y eso, la muy desgraciada no se deja coger (perdón por lo soez). Al final de todo la noche no termina de cuajar, la culpa católica de que hay trabajo al día siguiente le impide soltar la rienda y ser feliz.