miércoles, 29 de julio de 2009

Estereotipos de personalidades oficinezcas


DISCLAIMER: ESTO ES COMPLETAMENTE IMAGINARIO Y NO SE REFIERE DIRECTA NI INDIRECTAMENTE A NADIE QUE TRABAJE CONMIGO

Pasamos la mayor parte de nuestro día, a no ser, claro, que seamos felizmente desempleados, en nuestros lugares de trabajo. Dentro de la gran gama de lugares de trabajo existentes la oficina presenta un interesante caso de estudio, porque a pesar de la diversidad de labores que se desarrollen en cada uno, en el fondo, tienen una especie de esencia común, algún elemento misterioso que causan los carnets de banda magnética y las engrapadoras, un efecto místico que hace que en las mismas encontremos personalidades arquetípicas, estereotipos reiterados, comportamientos repetidos.

Algunos de los estereotipos de personalidades oficinezcas que vienen a mente:

  1. El obsesivo-compulsivo con posibles tendencias psicopáticas: Lo ves todos los días, sin embargo lo escuchas sólo muy ocasionalmente ¿te ha hablado en ocaciones que no sea estrictamente necesario?¿ha entablado conversación alguna que no verse sobre motivos laborales? Pero ahí está, sentado en su escritorio, el sonido reiterado que produce el reiterado golpe de sus dedos contra el teclado te ha atormentado un par de veces. Ahí está, viste de la misma manera todos los días, con su peinado -preferiblemente el popular lamioe´vaca- casi que calculado con regla. Su puntualidad y rutina son asombrosas, llega todos los días a la misma hora, 8:30 digamos, y aunque llegue antes al edificio no será hasta ese preciso momento que va a entrar al recinto. Su alimentación es particular, como siempre algo aburrido, arroz con pollo o algo así, pero no lo veras en el comedor puesto que estas personas rehuyen del contacto social, comerá sólo en su escritorio, el cual cabe acotar, está perfectamente ordenado, ahí no encontrarás nada sin etiquetar, ojo que dije etiquetar, no es del tipo que le pone el nombre a las carpetas manila con marcador, es de la gente que imprime la etiqueta y la pega. Su engrapadora es todo un fenómeno, como todo, está etiquetada y por alguna razón tienes la leve impresión que el número de grapas que tiene adentro está en un rango determinado, nunca menos de 25, nunca más de 74. Aunque pienses que es un perdedor tímido, sabes que en lo más profundo de tu subconsciente tienes miedo que un día se vuelva loco y los mate a todos.
  2. El galán de pasillo: El habitat natural de esta especie claramente no es detrás de un escritorio, muchos menos encerrado en una oficina, el galán de pasillo está siempre activamente buscando su presa y ¿qué mejor sitio para una emboscada que un pasillo? un pasillo estrecho donde sus víctimas (¿o acaso eligen serlo?) no tengan escapatoria posible. Si hay que recalcar una cosa del galán de pasillo es que no existe límite o estándar de selectividad alguno, esta persona simplemente ronda el pasillo y atacará lo primero que cruce su camino, desde la secretaria gorda hasta la gerente milf, todo ser femenino que respire resultará suficiente para intentar descargar hormonas. Encontramos que la técnica del pasillero es emboscar a las mujeres en el pasillo y luego hacer una sutil invitación a hacer algo -cualquier cosa en principio inocente- fuera de la oficina, ahí es donde verdaderamente saldrá a relucir su calaña, así que, mujeres desprevenidas del mundo corporativo, tened cuidado en sus viajes al baño o a buscar agua.
  3. El jefe-que-no-es-tu-jefe que siempre te atrapa en los peores momentos: La situación la hemos vivido todos, viernes, 4:30 P.M. ya hicimos planes, nuestros jefes directos no están por ningún lado, estamos preparando nuestra ansiada emigración al mundo del fin de semana, todo vislumbra salir bien y... ahí aparece... una mezcla de aire de desespero y cara de gato con botas, el jefe/socio/gerente de un departamento/división/área que no es la tuya, pero que por su condición de superior jerárquico tiene la facultad indirecta de mandarte (al final es miembro de la junta directiva/comité supremo) exclama al verte ¡(inserta tu nombre aquí)!¡qué bueno encontrarte! es que surgió algo de última hora (siempre es de última hora) en verdad es demasiado urgente, es de vida o muerte (siempre es apocalíptico), si no no te pediría esto (claro...) pero necesito que hagas (inserta cosa fastidiosísima aquí) p.ej. lleva este paquete pesadísimo en burro a chapultepec, o, si es peor, llévalo a tal oficina que queda en el rosal (un viernes? con esa cola? no me jod...) Chao chao viernes...
  4. La puta de oficina (o cubículo, depende del rango) Es necesario hablar de las diferencias de este estereotipo con el galán de pasillo, pues resulta que la puta de oficina/cubículo tiende a tener intenciones diferentes a su homólogo masculino, pues -y me perdonan la misoginia- ésta tiende a tener intenciones ocultas o ulteriores, por lo tanto, más que controlar la ebullición de sus hormonas, estos seres buscan ascender en el escalafón oficinezco, por ende, sus objetivos tienden a ser personas jerárquicamente superiores. Por lo tanto, su habitat depende de su rango, si ella tiene escritorio en el pasillo buscará al tipo que tiene cubículo, si tiene cubículo buscará al que tiene oficina, si tiene oficina buscará al tipo que tiene oficina de esquina y así sucesivamente.
  5. El vago ocioso ladilla: No nos importa tanto que sea vago y no trabaje un carajo, ni tampoco que en su ocio se disponga a hacer las cosas más aburridas del mundo, lo que nos revienta las pelotas de este tipo es que su vaguedad y ociosidad se vierten hacia el mundo exterior y terminan salpicándonos encima. Es el típico carajo (no sé por qué esta especie no se da casi en mujeres, creo que es porque éstas si están ociosas se escapan a la peluquería) que cada 3 minutos alza su cabeza por encima de la pseudo pared que divide tu escritorio del suyo (siempre se va a sentar al lado, de eso no hay salvación, si tiene oficina es la de enfrente) para preguntarte, o comentarte, cualquier zoquetada del estilo de "¿viste que en Kuala Lumpur un perro vomito sobre una señora de 77 años?" o "ayer mi hamster hizo tanto ejercicio que rompió su ruedita" sencillamente fomenta momentos imaginarios estilo Ally McBeal en los que te provoca tener una escopeta y...
  6. El/La persona rebelde del personal de cuello azul: Capaz el estereotipo mayor es el conserje de Scrubs. En toda oficina debe haber uno, alquien del personal de cuello azul (el eufemismo personal administrativo no me gusta y personal de servicio me parece ofensivo) que se rehusa completamente a hacer su trabajo, desde el mensajero que se niega rotundamente a llevar depósitos al banco hasta la telefonista que se niega a informar quién está llamando, pasando por el pasante que llega a las 11 alegando que los miembros de la junta directiva llegan a a esa hora. No podemos negar que le agregan un toque pintoresco al lugar de trabajo, sin embargo, siempre está la pregunta de por qué, si se niegan a hacer su trabajo, no los botan. He escuchado varias teorías al respecto, algunas implican que despedirlos (por la absurda legislación laboral venezolana) resultaría demasiado caro, otras alegan su inamovilidad a una membresía en un sindicato secreto de secretarias que tiene grandes influencias en el gobierno. Pero la teoría más plausible es que cuando las personas que realmente podrían tomar la decisión de despedirlas piden algo no hay rastro alguno de rebeldía, sino más bien eficiencia digna de panadero portugués.
  7. El/La persona que insiste en hacerte saber ABSOLUTAMENTE TODOS los detalles de su vida: y esto si me parece de mal gusto, si alguien tiene la necesidad de contarle a la humanidad (o en su defecto al idiota que tiene la desdicha de trabajar con el-ella) absolutamente todos los detalles insignificantes de su vida, podría tener la delicadeza de hacerlo por un medio que no implique que uno no tiene escape, que abra un blog, que escriba un diario, que grabe un podcast, que se grabe y monte los videos en youtube, medios hay, pero por favor, que no atormente a sus compañeros de trabajo, francamente ¿en verdad me importa si ayer lograste entrenar a tu perro para que te trajera las pantuflas, que tu novio te hizo tener 7 orgasmos, que tu sobrino aprendió a decir paralelepipedo o que pretendes cenar ensalada de alcachofas? la respuesta, generalmente es NO. Sin embargo como irse en la mitad del cuento es un acto de vil patanería, uno debe resignarse y desarrollar la técnica que uno usaba para cuando uno de nuestros padres nos empezaba a sermonear por teléfono, es decir, abstraernos de la conversación y ocasionalmente interjectar un "claro" "wow" "excelente"


7 comentarios:

GBA dijo...

Coye Manuel Andres, en hora buena, estás escribiendo muy buenos post! muy entretenidos la verdad.

Muy cierto todos los esterotipos, creo que hay otros por ahí, que se podrían nombrar, tu que lugar ocupas? el que va a matar a toda la oficina?.

También puede coexistir en una misma persona 2 o más estereotipos, "la puta + cuenta toda su vida" "galán + vago-ocioso" y capaz el "obsesivo compulsivo + jefe que no es tu jefe".

Bueno sigue escribiendo está muy bueno, como siempre...

Saludos,

Gerardo

Unknown dijo...

Yo entro dentro de alguno de esos estereotipos??? Dime Manuel Andres, dime!!!!

Manuel Andrés Casas dijo...

mmm yo quisiera ser el vago pero actualmente simplemente soy una persona que quiere irse a su casa temprano...

Ana, lee el disclaimer!

Ora dijo...

JAJAJAJAJAJA!!!! Buenísimo, me hiciste reír!

Ora dijo...

JAJAJAJAJA!!! Buenísimo, me hiciste reír!

Ora dijo...

518% de acuerdo!

Buenísimo, también!

Ora dijo...

518% de acuerdo!

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