A veces encuentro que mucha gente todavía tiene
dejos infantiles, aunque pretendan ser las personas más serias y maduras del mundo sigue habiendo, por lo menos de manera subyacente, ciertos comportamientos
reminiscentes a esas edades de inocencia. Muchas veces encontramos que mucha gente poderosa y grave tiene debilidad por dulces infantiles (
ejm:
Dumbledore en
Harry Potter)
Sin embargo, el punto principal es que uno de los dulces que más provoca este fenómeno son las
gomitas, particularmente las que vienen en forma de algún animal salvaje. Personalmente tengo una particular afinidad por estas
gomitas y durante los pasados dos meses casualmente he estado en varios sitios donde los mencionados dulces han estado disponibles. Entonces un día me di cuenta de un fenómeno recurrente, algo que sucedía en todo sitio donde hay gente comiendo
gomitas, sin importar edad, sexo, tendencia política o grado de inteligencia.
¿Cuál es, entonces, este misterioso evento que rodea a toda bolsa abierta de osos de goma?
¡Qué discriminamos!
Claramente hay preferencias en
gomitas, todo el mundo quiere las rojas o las anaranjadas, dejando de lado y mirando hasta con desdén a las verdes. De hecho la autoritaria interjección ¡No te comas todas las rojas! ha retumbado en más de una ocasión. Entonces, surge la siguiente pregunta ¿Por qué, si hay tan claro favoritismo hacia las
gomitas de color de partido comunista (o del partido republicano) y tanto desdén hacia las de color de partidos ecológicos/
copeyanos, las siguen haciendo?¿Por qué no asumen la realidad (por dura que sea) aceptan que las
gomitas verdes no le gustan a nadie (excepto tal vez a uno que otro ser con pésimo gusto) y hacen una bolsa con puras
gomitas rojas?
La pregunta puede tener una serie de respuestas:
1. Los malvados fabricantes de
gomitas en forma de oso (difícil éso de poner malvado seguido de fabricante de
gomitas en forma de oso ¿no?) saben plenamente las preferencias discriminatorias de sus consumidores, pero siguen haciendo las bolas
multi-étnicas como medio de extorsionar
disimuladamente a sus clientes, saben que la bolsa ni de vaina trae suficientes
gomitas rojas, saben que vas a quedar con antojo y vas a tener que comprar otra bolsa. No sería más que una estrategia de ventas y una estrategia económicamente racional si vamos a eso.
2. Lo saben, pero les de lástima con las
gomitas de color verde, temen hacerle daño a su
frágil autoestima azucarado, por ende las siguen poniendo en bolas por compasión.
3. Una agencia gubernamental pensó en algún momento que las bolsas
monocolor eran racistas, imponiendo entonces una cuota de
gomitas verdes que debe contener cada bolsa, so pena de que te cierre el
indepabis si incumples la regulación. La cantidad de
gomitas verdes viene dada entonces por políticas
anti-
apartheidistas o por
affirmative action, buscando corregir la injusticia histórica y el sufrimiento por el que pasaron las
gomitas verdes por la tiranía de las rojas.
4. Al dueño de la fábrica le gustan más las verdes y todo es un plan
maquiavélico para lograr imponerle a sus clientes sus preferencias y gustos.
5. Capaz toda la gente que
conozco está loca y en el mundo si hay, en efecto, un grupo significativo de personas a quienes les gustan las
gomitas verdes
3 comentarios:
Puede que la razón por la que nos gustan las gomitas rojas es porque existen las gomitas verdes y amarillas, y si estuvieran solas en un paquete sin nada con lo que comparar perderían todo su atractivo. No sé, por poner algo que no pusiste tu, la economía conductual y todo eso.
Estoy totalmente de acuerdo con Igor.
tiene todo el sentido del mundo.
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