lunes, 4 de agosto de 2008

Audentes Fortuna Iuvat,

Audentes Fortuna Iuvat, la fortuna apoya a los audaces, supuesta frase insignia para muchos, evocada en momentos oportunos cuando necesitas una intravenosa de coraje. La frase que usamos para reforzar una convicción que tenemos y que es corroborada por cada fibra de nuestro cuerpo, para reforzar ese impulso propuesto por nuestro instinto, mas no por nuestro hemisferio izquierdo, es la frase que sirve para darle a nuestro lado más irracional, ya que la audacia en su mayoría tiende a ser irracional, una especie de sustento lógico, además, es en latín, claramente los romanos tenían idea de lo que estaban haciendo, argumento endeble que nos damos a nosotros mismos cuando estamos en la fase de deliberación de determinada acción.

Esa acción, llamada por unos impulso, por otros arranque, e incluso por otros audacia, es la responsable de determinar momentos de bifurcación en nuestras vidas, tal vez la trascendencia no es tal y simplemente se limita a nuestro día, pero el punto es que nos afecta. Es en esos momentos cuando debemos tomar decisiones, tal vez pensadas por meros milisegundos, tal vez meditadas por días, pero que marcan la diferencia, y cuando surge la pregunta de si tenemos las bolas suficientes para ser audaces, tomar el riesgo, lanzarnos a los tiburones, abrir la caja de pandora, de si somos capaces de dejar que nuestro subconsciente de manera total y meramente irresponsable tome el control de nuestras acciones o si permitiremos que nuestra consciencia en demasia recatada nos mantenga atados a esos grilletes llamados consecuencias.

Es fácil imaginarse el momento, aquel de tensa calma, aquel momento demasiado normal, demasiado cotidiano, donde no se espera nada extraordinario pero a la vez en el fondo de nuestras almas estamos certeros que esperamos algo sin saber que es exactamente, que en ese momento con la cuenta y las bases llenas tenemos que atrevernos a lanzar la recta alta sin importar la gran posibilidad de que nos la descosan, que en eso radica la gloria y la trascendencia a la cual aspiramos, que en el fondo estamos certeros de que tendremos éxito y saldremos airosos de la contienda si sólo fuésemos lo suficientemente valientes para entrar al rin, de que en verdad, aunque toda la vida nos hemos comportado de manera que indique que pensamos que esta célebre frase es la mentira más grande que le han vendido a la humanidad, en el fondo sabemos que creemos ciegamente en su veracidad, creemos que en verdad la fortuna nos apoya si simplemente le dieramos la oportunidad para hacerlo, si simplemente pudieramos poner nuestra ambición de ganar por encima de una vez por todas de nuestro ridículo miedo de fracasar, si le hicieramos caso a este post y nos dejásemos de la guevonada...bueno...muchas cosas dejarían de ser wishfull thinking.

4 comentarios:

Miss Alice dijo...

Jajajaja ahora me queda la curiosidad enorme de saber en qué momento específico estarías pensando cuando escribiste esto....

Manuel Andrés Casas dijo...

mi train of thought es demasiado complicado de explicar en ese momento jaja

Igor Zurimendi dijo...

Dos cosas:
De una prepotencia insólita hablar de la complejidad de tu train of thought, que está más allá de la comprensión de mero mortales (por muy irónico que haya sido el comentario)
Bastante bueno el post.

Manuel Andrés Casas dijo...

no es por cómplicado, es por incoherente y bochornoso.