miércoles, 23 de julio de 2008

Igual

Igual, Igual, Igual, Igual, Igual
Deliro cuando pienso que puede haber ocurrido un cambio en la tensa pero continua calma cotidiana. Algo que me saque de balance y me lance de bruces contra la pared. La sacudida violenta que disturba la frágil palidez languideciente, la centella que encandilará los adormecidos ojos del incauto, el vendadal que arrebata la cometa de las manos que la ciñen. Pero la corriente sigue su curso, estable y sosegada, dejando que la estática mueva todo de manera inprevisible, a todas estas, el desgaste sutil del fantasma de lo cotidiano logra un día más su honorable y menospreciado cometido.

1 comentario:

Igor Zurimendi dijo...

Muy poeta ultimamente manuel...