viernes, 18 de julio de 2008

Divagación en Tráfico II

Los mercaderes de la corrupción de poca monta tremolaban en sus despiadados corceles, se trasladaban en jauría, desde sus monturas miraban con desprecio a todo ser que, a diferencia de ellos, no está investido de la santidad que ser un "paladín de la Justicia" te confiere. La incertidumbre de su destino sembró una duda en mi mente, que desvaneció rápidamente cuando una estampida fulgorante sacudió mis sentidos.

A todas estas, los íconos de una generación yacían erguidos en sus pedestales, mirando con soberbida al mundo que los colocó ahí, esa generación, NO, generaciones, la tuya, la mía, la nuestra, ya no se conjugar más, las generaciones de indviduos sin caras ni nombres, de cabezas sin ideales y aamores sin epicismo, esa generación donde la masificación ha sido tal que la identidad fue totalmente absorbida por el colectivo, conviertiéndonos a todos en mera estadística.

La imposibilidad de separarme de la corriente estática me daba la sensación de estar en un vagón del tren del progreso del cual, como cualquier ser pensante, quería saltar a como de lugar, pero tomando en cuenta la velocidad a la que circulaban mis pensamientos y la estaticidad del suelo, temía fracturarme una neurona cuando inveitablemente rodara por el piso.

fortuna audente iuvat, la fortuna apoya a los audaces, la frase me ayuda a amasar las bolas suficientes para lanzarme a la inmobilidad absorvente, sólo para encontrarme en la posición errónea, del otro lado, de SU lado, del que va más rápido de lo que un mortal pueda manejar, 1, 2, 17, 32 saetas resplandecientes se perfilan contra mi meñique, la punta de cada cometa oxidado reflejando mi cara de terror, místicamente logro cruzar las intermitentes fronteras demarcadas de una manera despoticamente organizadas por un pseudocartógrafo desinformado. Logré escapar, pero la inercia (damn you Newton) me llevó a una repentina caída (gracias Newton otra vez). Mi espalda es la primera en sentir el contacto con la humanidad despreciada, al completar la caída me dí cuenta que me encontré en ese singular estadio alargado lleno de almas evacuadas, aquí, con la lenta pero constante procesión de los que no aceptamos son nuestros pares, encontré el ritmo adecuado, donde la estaticidad congelada o la velocidad estrepitosa in extremis están desterradas, es aquí, donde se conjuga todo lo que nos caracteriza, el lento camino de la descomposición progresiva y masiva me hace sentirme completamente a gusto. aquí, entiendo perfectamente lo que es ser YO.

1 comentario:

Miss Alice dijo...

"de cabezas sin ideales y amores sin epicismo"

"las intermitentes fronteras demarcadas de una manera despoticamente organizada por un pseudocartógrafo desinformado"

Great