martes, 25 de septiembre de 2007

Los 50 años de una revolución ideológica


Hace ya medio siglo que una mujer escapada de la Rusia del gulag a la America del capitalismo escribió una de las obras más influyentes del siglo pasado, se trata de Ayn Rand y Atlas Shrugged o la Rebelión de Atlas, 1200 páginas de prosa que en vez de alabar los idilios se dedica a recitar página tras página las virtudes de temas considerados poco románticos como lo son el capitalismo, el individualismo y el liberalismo. Los cuales sin duda no son nada agradables para la mentalidad de izquierda que es común entre el medio de los escritores.

El tema principal de la novela es la vida de ciertos individuos que abrazan valores como la excelencia, el trabajo y el éxito en medio de un mundo que ha decidido ser mediocre, donde cada día más países se convierten en repúblicas populares y se entregan al comunismo y nadie es capaz de generar respuestas para los problemas que cada día se van amontonando hasta el punto que parece que fueran a abrumar completamente a la humanidad. En fin, prodríamos decir que en cierta manera es una distopía donde el totalitarismo tiene una presencia fuerte pero menos marcada que en modelos orwellianos.

Los protagonistas de la novela en muchas oportunidades se ven convertidos en parias ya que no comparten el credo comunistoide que los otros personajes del libro repiten ad nauseam. Es por eso que en numerosas ocasiones los califican como ambiciosos, avaros, retrógrados o egoistas. los protagonistas (o la gente de habilidad como en el libro se nos muestran) por su parte se caracterizan por ser altamente exitosos en sus medios laborales y por tener una capacidad para sobrevenir los obstáculos que se les presentan, que por su incrible número podrían hacer desfallecer a cualquiera menos tal vez al santo Job.

Toda la novela podríamos decir, se basa en refutar una frase central que para Rand aparentemente engloba todo lo que está mal con el mundo, dicha frase es "Exigimos a cada cual según su habilidad, damos a cada cual según su necesidad" lo cual, como la autora demuestra, ocasiona que el ser humano no se encuentre motivado hacia el logro y que por ende se suma en una mediocridad y una falta de ambición tan grande como para acabar con el mundo tal como lo conocemos. Creo que si en Venezuela se aplicara está nefasta frase ocurriría lo mismo que en las páginas del libro, la gente sería cada vez más y más incapaz (para que se le exiga menos) y cada segundo que pasara las necesidades se multiplicaran como conejos, las abuelitas enfermas e hijas recien nacidas brotarían como starbucks en los suburbios.

Por otra parte el título del libro está relacionado con el mito de Atlas, un titán que por su rebeldía ante los dioses le imponen como castigo tener que aguantar sobre sus hombros el peso del mundo. Ésto nos lleva a preguntarnos ¿Quién o Qué es ahorita el Atlas de Venezuela? ¿Qué es lo que está aguantando el peso de nuestra nación y no permita que ésta termine de desplomarse? y más importante aún ¿Cúanto tiempo más aguantará nuestro Atlas criollo si por los esfuerzos sofocantes y colosales que realiza para mantenernos en pie nosotros tratamos cada vez más de hacer el mundo más pesado poniendo al límite la resistencia del titán?

1 comentario:

Miss Alice dijo...

Descubrí que la palabra que quiero oírte decir en comité es Gulag.